Se necesita profundizar las acciones de planificación de la producción de acuerdo a las condiciones locales de cultivo.
La inclusión de los fitosanitarios en las prácticas modernas de manejo de plagas es el resultado de un proceso complejo y delicado que permite evitar el efecto negativo de las plagas sobre los cultivos, a la vez que respeta la vida y el ambiente. Las Buenas Prácticas Agrícolas son fundamentales en el desarrollo de esta actividad.
Es importante resaltar que tanto los grupos químicos como el perfil toxicológico de los productos fitosanitarios actuales difieren totalmente de los usados previamente a la década del 60; los primeros fosforados como el parathión, azinfós, metasystox, monocrotofós y los clorados como el DDT, heptacloro, lindano, etc., fueron prohibidos hace 30 años atrás. Paradójicamente, algunos de ellos como el lindano, permanecieron en algunos productos de uso masivo.
Para poder avanzar armónicamente con la producción agrícola es fundamental promover las Buenas Prácticas en el manejo de plagas. Se necesita profundizar las acciones de planificación de la producción de acuerdo a las condiciones locales de cultivo, extremar los cuidados al autorizar nuevas tecnologías, hacer cumplir la legislación vigente, dar seguridad jurídica y promover el consenso por medio de acciones y normas claras.
Los centros de estudio y experimentación deberían considerar todos los factores que gobiernan el proceso productivo, incluyendo el manejo de las plagas, a fin de brindar el conocimiento necesario para todas las opciones productivas, con especial énfasis en las economías regionales. Los productores y sus respectivas organizaciones y entidades deberían propender a la adopción de Buenas Prácticas de Manejo de Plagas para enmarcar al proceso de protección de cultivos con bases sólidas de conocimiento, e instar a sus asociados a guardar normas de respeto hacia los pobladores, el ambiente y la legislación vigente.
Las empresas de comercialización y aplicación de fitosanitarios vienen trabajando en la profundización de acciones de responsabilidad social y ética profesional. Es sumamente importante dar a conocer las características de los productos que comercializan o aplican, informando acerca de sus ventajas y desventajas, indicaciones y contraindicaciones enmarcadas por la legislación vigente.
Por último, los comunicadores sociales y los pobladores de las zonas agrícolas deberían estar informados y comunicados en un marco de respeto con los sectores productivos a fin de que cada uno pueda desarrollarse sin temores ni desconfianza extremando la responsabilidad de cada uno de los grupos y asegurando que el proceso de comunicación se realice dentro del marco de seriedad y respeto, podremos lograr la convivencia armónica que se necesita en una sociedad de base agropecuaria como la nuestra.
Autora: Ing. Alicia Cavallo