Según datos oficiales que dio a conocer ayer Federación Agraria, en Santa Fe existen 1.500.000 de cabezas de ganado afectadas por la crecida. La mayoría del ganado se encuentra en las riberas del rio y en islas aledañas, y por la geografía de la provincia (llanura) las superficies comprometidas son mayores, acrecentando el problema de la reubicación y el traslado con sus costos. Además, faltan alimentos y reservas forrajeras que logren contener la demanda requerida.
La entidad también informó sobre la situación en Entre Ríos, donde se estima que existen 1.600.000 cabezas de ganado con necesidad de ser evacuadas, a raíz de la crecida del Rio Paraná; se evidencian problemas de traslado al faltar barcazas y/o balsas para realizar el traslado. Urge la implementación de asistencia alimenticia en cuanto a rollos y/o maíz a los animales que son hacinados en corrales o lomas. Se necesita agilizar la tramitación de los Dt-e (guía de traslado) sobre tierra firme, realizándolos sobre los animales transportados.
En tanto que en Corrientes se estima que existen 1.560.000 cabezas y es hoy la provincia más comprometida, al alcanzar su pico de 7,40 mt. La situación es crítica, y se evidencia la falta de contención del Estado, no sólo para los productores ganaderos, sino también para los pobladores ribereños. La angustia radica en los pronósticos que indican que puedan continuar las lluvias en el litoral y Brasil.
En Chaco y Formosa se concentran 1.000.000 de cabezas entre las dos provincias. El principal problema aquí radica en la falta de alimentación por la pobre campaña de las dos últimas cosechas, que deja a los productores desfinanciados y con faltante de reservas de pasturas para los animales.
Por último en Buenos Aires son alrededor de 100.000 cabezas ubicadas en Baradero, Zarate; Campana, San Nicolas. El principal problema radica en la falta de infraestructura, (embarcaderos, corrales) para el movimiento de hacienda, encierre y traslado desde las islas.
"El impacto directo e indirecto que sufrirán los ganaderos a raíz de la crecida, afecta no solo a los ribereños, a los que se encuentran en las islas, a los que lindan con ríos y lagunas efluentes del Rio Paraná y Paraguay, sino a todos los productores en general", indicaron desde FAA.
"Estamos viendo un proceso de caída en los precios de la hacienda vacuna en pie, producto de una mayor oferta en los mercados, que sumado a las restricciones de las exportación de carnes, vuelca por completo la producción en el mercado interno. Esto perjudica enormente a los productores, pero por el contrario no beneficia a los consumidores, ya que la ganancia queda en pocas manos, que representan a la cadena de comercialización. La experiencia indica que la baja de la hacienda en pie, nunca se traslada al consumidor", sumaron.
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