En las tres últimas temporadas el sistema frutícola del Valle de Río Negro y Neuquén perdió 422 millones de dólares, según la CAFI.
La pérdida de competitividad que muestra el sector es cada vez mayor y el gobierno nacional, como en otros tantos temas –seguridad e inflación, por dar sólo algunos ejemplos–, niega esta realidad.
Las estadísticas que muestra el sector privado detallan que en estas tres últimas temporadas el sistema frutícola del Valle de Río Negro y Neuquén perdió 422 millones de dólares.
Las pérdidas millonarias mencionadas por la cámara empresarial (CAFI) representan las exportaciones en una temporada completa. Todo indica que el sistema se está achicando de forma compulsiva con la complicidad del gobierno nacional y los provinciales.
En silencio, el sector político avala la lenta pero progresiva caída de productores, de pequeñas y medianas empresas del sistema, a la espera de un equilibrio económico que, todo indica, consiste en un Valle comercialmente más concentrado, con sólo el 50% de las hectáreas que hoy existen pero con explotaciones de alta productividad y la mitad de chacareros de los que están registrados en la actualidad. Política similar a la de los 90, dejar que el mercado "reacomode" naturalmente las variables del sistema. Una de las tantas contradicciones que presenta el relato del modelo nacional y popular.
Pero en el medio de toda esta realidad están los más de 3.000 obreros rurales que ya fueron expulsados del sistema en las tres últimas temporadas y otros miles marginados por las distintas industrias satélites que trabajan para la fruticultura.
Fuente: Río Negro Rural
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