Los terneros machos del tambo que se terminaban para exportación, ahora van a consumo. Ofrecen carne rosada, con un muy buen rendimiento del desposte en la carnicería.

El novillo Holando, históricamente se ha matado siempre como pesado; hasta hace poco representaba ocho y nueve por ciento de los “novillos” faenados con destino a exportación en la Argentina. Si bien desde hace más de tres años ha bajado drásticamente el número de terneros Holando que se mata al nacer, o se muere en las guacharas, hoy una proporción alta de los terneros machos Holando son criados, recriados y engordados.

Esa actividad es realizada por los mismos tamberos o por feedlots profesionales que con una alimentación intensiva los terminan con 380 a 400 kilos con destino al consumo. Pese a que los terneros Holando ahora se crían todos, los frigoríficos exportadores de Santa Fe y Córdoba han visto reducirse mes a mes la oferta de estos animales (500-600 kilos). Ahora es destinado como novillito al consumo interno, donde tiene una excelente aceptación: se trata de carne rosada, tierna, de grasa blanca y con un muy buen rendimiento en la mesa de despostada de la carnicería. Se atribuye a los supermercados chinos –cansados de ver cómo se tiraba y no se vendía una alta proporción de grasa y hueso de la res– este “descubrimiento” de las reses livianas de Holando.

El precio promedio FOB de las carnes exportadas por Argentina en los últimos 46 años (1967-2012), expresado en dólares constantes de hoy, es de 3.189 dólares por tonelada. Mientras que ese valor fue de 5.423 dólares el año pasado y de 5.167 dólares en febrero último. Esto significa que el valor FOB actual de la carne resulta 62 por ciento más alto que el promedio histórico; el valor mínimo de la serie se da en el 2002 con 1.667 dólares por tonelada, y el máximo en 1973, año de precio récord para la carne vacuna en el mundo, con dólares 6.260 por tonelada. Durante la gestión “K”, entre 2003 y el 2012, el FOB argentino subió un 189 por ciento.

 

Debe hacerse la salvedad que el precio FOB actual luce muy alto, no sólo por la suba del precio de la carne en el mercado internacional, sino también porque estamos exportando una proporción menor a la habitual de cortes de bajo o medio valor, que no vale la pena exportar. Y sí vale la pena venderlos al mercado interno, que los paga mejor.

En el primer trimestre del año, las exportaciones argentinas de carne vacuna cayeron 13 por ciento y representan 6,9% de la demanda total,

Un exportador de carne, en un reciente seminario, afirmó que si el Gobierno no está dispuesto a devaluar (más aceleradamente), puede reducir o quitar las retenciones a la exportación de carne (15 por ciento) y liberar también de la obligación de contribuir a la “gran barata”, que en la práctica representa una retención adicional.

“Como consecuencia del estancamiento del precio del novillo y del aceleramiento del ritmo de devaluación oficial, hoy el novillo vale 15 a 18 por ciento menos que un año atrás en términos del dólar oficial (neto de retenciones), pero esa baja sólo ha contribuido a moderar las pérdidas, porque todos los restantes costos, especialmente los laborales, han venido creciendo por encima de la devaluación. Hoy el problema no es ni el precio de la hacienda, ni el valor internacional de la carne, que es muy bueno: el verdadero problema es el atraso cambiario. La hacienda en términos de pesos argentinos, a moneda constante, vale cada vez menos, pero eso no resuelve nuestro problema”, explicó.

*Analista del mercado ganadero

Fuente: Ignacio Iriarte