El fenómeno provocó severos daños en fruta de carozo y, en el caso de la cereza, sumó un problema más a la ya disminuida producción de la temporada. También afectó a peras y manzanas.
El temporal de lluvia y granizo registrado durante la jornada del jueves provocó severos daños a la producción frutícola, donde las primeras estimaciones prevén que las pérdidas oscilarán entre el 40 y el 60 por ciento de la cosecha.
Durante toda la jornada de ayer los afectados concurrieron hasta las instalaciones de la cámara que los nuclea para completar las documentaciones de las declaraciones juradas de daños.
Los agricultores se encontraron la mayor cantidad de los frutos marcados por los golpes de las piedras.
Durante todo el día jueves se registraron intensas precipitaciones con lapsos cortos y al menos en tres ocasiones (dos por la mañana y una por la tarde) el agua estuvo asociada por gran cantidad de granizo, que en distintas franjas terminó afectando principalmente a las colonias frutícolas.
Los sectores afectados fueron variados, hubo chacras donde el granizo caído tenía un tamaño chico y terminó por perjudicar a las plantaciones de manzanas, debido que se encuentran en una etapa de piel sensible. También las primeras variedades de duraznos, cerezas, peras y hasta los pelones.
Los trabajadores trataron de defender los cultivos activando los cañones antigranizo, aunque no fueron suficientes para evitar el desastre.
"Es increíble, es cosa de no creer, otra vez el tiempo esta en contra nuestra", comentó unos de los productores.
En cerezas sólo se salvó un 20%
Los primeros datos recogidos dan cuenta que las pérdidas causarán un gran impacto en la economía regional. Se estima que la manzana fue afectada en un 60%, en pera se perderá un 40%, el durazno que se comenzaría a cosechar la próxima semana fue afectado en un 50%.
El perjuicio más notorio se da con la producción de cereza que estaba para comenzar a ser cosechada y sólo quedó en buen estado y en condiciones de ser comercializada apenas un 20%.
Los chacareros que cuentan con la mayor cantidad de plantaciones demostraron que entre la fruta que estaba a punto de ser recolectada la mayoría quedó golpeada, marcada o rota, y no sirve para la comercialización.
Este fruto llegaba a la temporada con una importante merma, donde las intensas heladas registradas en el mes de agosto causaron severos daños en más de la mitad de la producción.
Las variedades tempranas fueron afectadas por el fenómeno climático y los primeros resultados claros se comenzaron a ver cuando las ramas de sus plantas contaban con pocos frutos. El golpe de gracia lo dio el granizo, que afectó lo poco que quedaba.
Fuente: Rionegro.com.ar
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