La caída respecto del año anterior llega a casi el 25%. Pero el principal dato es que no había registro tan bajo desde el ciclo 1974/75, cuando se sembraron 1,19 millones de hectáreas.
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, incluso, es algo más optimista respecto de las cifras oficiales, y marca una siembra de 1,48 millones de hectáreas, un retroceso del 16 por ciento.
Luego de haber tocado un récord de 7,1 millones de toneladas a fines de la década del 90, la producción de girasol retrocedió, a tal punto que durante la campaña anterior había superado apenas los 3,1 millones de toneladas. Para la próxima cosecha todo apunta a que habrá bastante menos.
Con esa producción, equivalente a casi 9% del total mundial, la Argentina ya no figura en el podio de los principales países productores. Quedó cuarta, detrás de Ucrania (8,3 millones de toneladas), Rusia (casi 8 millones) y la Unión Europea (6,9 millones).
Según la consultora Oil Word, este posicionamiento no sufrirá variaciones en la campaña 2013/14.
Estas cifras contrastan con las de años anteriores, cuando la Argentina llegó a acaparar en la cosecha 2000/01 el 73% del mercado mundial de aceite de girasol.
?La cadena del girasol se encuentra por estos días con una preocupación central: si no se modifica el nivel de retenciones (hoy del 30% para aceite y harina y de 32% para grano), la baja rentabilidad del cultivo pondrá en crisis a todo el andamiaje de agregado de valor que tiene la oleaginosa, un negocio que en 2012 aportó u$s 2.000 millones a la economía y que este año apenas llegará a los u$s 1.400 millones?, apuntó un informe sectorial difundido a comienzos de diciembre último.
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