La semana tuvo el protagonismo de la presentación de los números del trabajo de CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) que marcaron el potencial del desarrollo del campo argentino, que prevén una producción de 160 millones de granos para el 2020, pero no pudieron dejar de señalar el estancamiento del sector.
La producción agrícola que crecía al 3,1% promedio bajó desde 2004 a 1,1% anual y en la ganadería, que la media de crecimiento 1,5% por año, cayó a un alarmante 0,3% ya en el 2011, fueron los datos de CREA.
El trabajo se presentó en una reunión signada por la multipresencia de opositores sentados en la primera fila del segundo subsuelo de un céntrico hotel y que fue convocada por la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA) a modo de despedida del año.
Los dirigentes Eduardo Buzzi (FAA), Rubén Ferrero (CRA), Carlos Garetto (Coninagro) y Luis Miguel Etchevehere (SRA) atribuyeron el “estancamiento” a las “políticas económicas”.
Ricardo Negri (h), el jefe de las investigaciones en CREA recordó que el sector agropecuario argentino es el responsable del 60 por ciento de las exportaciones y del 45 por ciento de la recaudación tributaria nacional, está integrado por 276 mil establecimientos familiares.
El trabajo prevé que para dentro de siete años se podrán producir 3,8 millones de toneladas a la carne vacuna, cerca de un millón más que ahora, mientras que la lechería podría llegar a los 18 mil millones de litros, es decir ocho mil millones de litros más desde los números lácteos que rigen sin variar hace una década.
Negri aseguró a Noticias Argentinas que la “buena noticia” es que el agro puede hacerlo, pero necesita del respaldo del Gobierno si no es “imposible”.
“Las estimaciones son de aumento de producción de todos, afuera, privados y públicos y si hoy producimos alimentos para once Argentinas, en siete años podríamos hacerlo para 15 o 18 Argentinas depende de la tasa de crecimiento”, advirtió.
El “valor bruto de la producción que hoy es del orden de los 71 mil millones de dólares puede ir a 87 mil millones de dólares más, es decir 16 mil millones de dólares más y si todo sale bien serían inclusive 30 mil millones de dólares más”, para el 2020.
No obstante, insistió que sin el Gobierno no se puede de ninguna manera alcanzar estas estimaciones y que alguna de las cadenas productivas de las 37 existentes tuvo estímulos fuertes, pero “en su conjunto el agro no tuvo política pública positiva, salvo la tecnología, en su Ministerio”.
Mientras tanto ocurren hechos curiosos como los que debieron afrontar varios productores a los cuales la AFIP no les dio la carta de porte para que puedan sacar el trigo o la cebada que estaban cosechando.
Las broncas, tranqueras adentro, fueron de magnitud ya que no podían levantar el grano, que en el caso del trigo es necesario, ya que la cosecha viene magra: 10.35 millones de toneladas para la Bolsa de Cereales porteña, y menos para el Estado que estimó 8.5 millones de toneladas.
Muchos productores ante la imposibilidad de sacar el grano del campo recurrieron al silo-bolsa y en consecuencia, al acopio privado.
Otro de los síntomas de que por supuesto ocurre algo raro con el trigo en andas del interrogante si habrá suficiente materia prima para exportar (se cosecharon hasta el momento tres millones de toneladas) es que a las exportadoras no le llegaban los permisos de embarque para el cereal.
Mientras los barcos graneleros ya pusieron proa a la Argentina y peligra el mercado brasileño comprador triguero fuerte en diciembre y enero.
¡Necesitas ser un miembro de AGRO 2.0 para añadir comentarios!
Participar en AGRO 2.0