El silaje a campo también tuvo su espacio en la muestra Admite, que se realiza en Venado Tuerto. El contratista Sergio Marinelli incursionó en la temática contando los avances, como el termosellado, que fueron expuestos también en una actividad dinámica.
El principio básico para el embolsado es mantener los granos dentro de un ambiente hermético, logrando evitar la proliferación de hongos, además de controlar la respiración de los granos e impedir el avance de insectos. Pero para asegurar que las bolsas cumplan su cometido es imprescindible considerar otros aspectos que muchas veces no se tienen en cuenta y que repercuten negativamente en el balance final, según se determinó en la presente edición de Admite Agrícola que se desarrolla en Venado Tuerto.
La elección del espacio para ubicar la bolsa es esencial. Un enclave alto y lejos de los árboles es ideal porque evita posibles fuentes de rotura. También es conveniente trabajar sobre una superficie limpia, pareja y firme, para evitar que pastos duros abran agujeros que provocan humedad. Y en el llenado es vital evitar el daño mecánico de los granos, que deviene en fermentación de silo.
“La idea no es llenar la bolsa e irse, sino tomar precauciones para que la tecnología sea una solución y no un problema. Por eso también es importante ubicarlas cerca de los caminos, para evitar en la mayor medida posible el gasto que puede implicar el uso de tractor.”, reseñó Sergio Marinelli, un contratista de mucha experiencia, que es uno de los docentes de Admite.
Hondonadas de aire Para el especialista, un error común es observar globos de aire. Aunque no es la única razón, esto pasa muchas veces porque la responsabilidad de la atención no la asume quien conoce realmente la faena. Y cuando ve salir el carro de la cosechadora pone en marcha la embolsadora procurando ganar el mayor tiempo posible, sin tener en cuenta que con el movimiento propio no se llena. Primero hay que llenarla y luego depositarla en piso. El pozo de aire se genera cuando se espera la descarga sin evaluar el movimiento propio de la máquina, que deja esas hondonadas.
Llenado “Para el correcto llenado no se debe sobrepasar el coeficiente preestablecido de estiramiento. Si el trabajo fue realizado correctamente y el cierre se realiza al vacío, no es necesaria la aplicación de productos que eviten la generación de hongos”, explicó Marinelli. Y aconsejó ubicar la bolsa en lugares abiertos para evitar humedad y, en la medida que sea posible, cubrirla con media sombras. “Aunque tampoco es recomendable dejarla lejos de la vista del hombre, porque complica la revisión periódica que permite actuar de inmediato en caso de una eventual rotura”, agregó.
También en relación con el llenado, se debe prestar especial atención al extremo de la bolsa, ya que un mal cierre puede implicar una pérdida de 5000 kilos. En altos volúmenes de producción, resignar 5000 kilos por bolsa es una fortuna. Por ello se recomienda el cierre termosellado, aunque a veces se corra el riesgo de que se abra. Pero son las excepciones.
Humedad. Otro aspecto que para Marinelli no se debe soslayar es la humedad del grano, ya que en la medida que ésta aumenta también crece el deterioro y los cuidados deben mayores. Si hay soja con humedad es necesario sacarla cuanto antes y si se vende un parcial, es la primera que se debe sacar.
También hay que considerar la pertinente regulación para la puesta en marcha y frenado, ya que muchas veces se pasa y eso es pérdida. El control del frenado también es necesario para evitar englobamientos que, si no se cubren, pueden condensar humedad y dejar material en mal estado.
Extracción “La extracción es el último paso, pero no por ello de menor importancia”, remarcó Marinelli. En nuestro país conviven los extractores neumáticos y los mecánicos. Los neumáticos son buenos, pero son bombas de vacío que precisan mucho HP para actuar. “Y generalmente andamos pobres de HP. Y son pocos los que tienen un tractor de 160 caballos de fuerza para hacerlo”, asumió Marinelli. Entre los avances recientes, surge como alternativa la carga indistinta. Asimismo, también nuevas aplicaciones permiten enrollar la bolsa luego de su descarga, de modo de subirla a la camioneta y llevarla a reventa.
Con la bolsa al campoComo corolario de la propuesta, los presentes asistieron a una dinámica de llenado y extracción de granos en bolsa. El acopio se hizo con una embolsadora convencional con “regulación humana dada por experiencia”, reveló Nicolás García, responsable de la tarea a campo. La labor comenzó con una superficie inicial de 3,5 pliegues, con avances a medida que se realiza la descarga de los granos. El cierre de la bolsa se hizo con termosellado doble, por convención del prestador, y el estiramiento no superó los 42 centímetros preestablecidos.
En tanto, la extracción se hizo con una máquina Akron XG300, mecánica, con enrollado que arroja 300 toneladas por hora, tirada por un tractor chico, que redunda en ahorro de combustible. Y se trabajó con una bolsa Agrinplex, con baja concentración de oxígeno y generación de dióxido de carbono, que impide el desarrollo de bacterias. El embolsado se hizo con material de 14% de humedad y la recomendación que realizó Marcelo Burgos, de Agrinplex, fue que en caso de que sea mayor, el grano se saque con los primeros calores.
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