Para el campo, volver a crecer tiene que ver también con recuperar lo perdido. Es el caso, por ejemplo, del cultivo de trigo. Según un estudio de Alejandro Vejrup y Sebastián Gavaldá, de Globaltecnos, en la campaña 2007/08 el trigo representaba el 19,9% en la rotación nacional de los cinco principales cultivos [soja, maíz, girasol, [...]
Para el campo, volver a crecer tiene que ver también con recuperar lo perdido. Es el caso, por ejemplo, del cultivo de trigo.
Según un estudio de Alejandro Vejrup y Sebastián Gavaldá, de Globaltecnos, en la campaña 2007/08 el trigo representaba el 19,9% en la rotación nacional de los cinco principales cultivos [soja, maíz, girasol, trigo y cebada] y actualmente esa participación cayó sólo al 9,7 por ciento.
Hubo una especie de “efecto pacman” sobre la participación del trigo.
“Luego de la entrada en vigencia del sistema de ROEs, la cuotificación de las exportaciones según consumo y producción, los cupos de exportación por empresa, las compensaciones, etcétera. La superficie de los productos más afectados por esta intervención, como el trigo y el maíz, evidenciaron cambios significativos en la superficie sembrada y en la producción”, destacan los especialistas Vejrup y Gavaldá.
En maíz, el año pasado hubo una mayor producción que compensó la pérdida que había tenido el cultivo.
Volviendo al trigo, en la campaña 2007/08 se sembraron 5,94 millones de hectáreas. Precisamente, respecto de este cultivo, en Globaltecnos creen que “es fácilmente lograble volver a sembrar y producir 6 millones de hectáreas y 16 millones de toneladas como en la campaña 2007/08, previo a las intervenciones del mercado”.
Para los analistas de Globaltecnos, con “volver a la 2007/2008″ ya se mejoraría el ingreso de divisas en unos 2300 millones de dólares. Con el trigo esa entrada de dólares saltaría de 710 a 3018 millones de dólares. Esto, aclararon, “si logramos aumentar la producción a 16 millones de toneladas y el saldo exportable a 8,5 millones respecto de los 9,5 millones de toneladas de producción y 2 millones de exportación esperados para la campaña actual”.
MÁS BENEFICIOS
Pero a los ojos de estos técnicos vendrían más beneficios, a saber:
- El número de ingreso de divisas puede mejorar si se exportase sólo a Brasil ya que por el Arancel Externo Común y por cercanía la Argentina es más competitiva que otros orígenes.
- La mayor producción de trigo generaría 216.000 viajes de camiones más que en la actual campaña, suponiendo un solo flete. Se pasarían de 316.667 viajes a 533.333.
- El aumento de la superficie sembrada generaría una mayor y mejor utilización de las sembradoras, cosechadoras, etcétera.
- Habría mayor utilización de crédito e insumos, ya que son cultivos que requieren más insumos que la soja.
- Se diversifican riesgos productivos y climáticos.
- Finalmente, hay otro punto importante. Se volvería a generar rotaciones de cultivos para cuidar un recurso tan esencial como el suelo.
SEÑALES POR LA SOJA
Por otra parte, según el economista del Ieral Juan Manuel Garzón, bajo un escenario macroeconómico más estable los productores podrían poner en el mercado más soja de la que hoy se guardan y el Gobierno tener más divisas.
En 2010/2011, el stock de soja en el país al cierre de la campaña era de 4 millones de toneladas. Pero el USDA ya está proyectando 10,6 millones de toneladas para el cierre de 2013/2014. Este nivel sería un récord histórico.
Según Garzón, hay que volver a niveles de stocks de cierre “más normales, de 4/5 millones de toneladas”. En rigor, si se comercializaran 2 millones de las toneladas que hoy forman las existencias se generarían US$ 940 millones adicionales.
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