La superficie de frutilla plantada en Tucumán disminuyó bastante con respeto a los promedios que se venían dando, debido a condiciones climáticas y factores macroeconómicos adversos.
Las heladas de fines de julio significaron un duro revés para el sector, evaluó Daniel Bianciotti, productor de frutillas de la zona. La actividad se vio perjudicada previamente por varios factores negativos: el aumento de los costos productivos, la imposibilidad de exportar fruta congelada a EE.UU. y un dólar bajo con respecto a los incrementos salariales y a los insumos.
La presión impositiva, el retraso cambiario, el aumento de los costos de producción y los altos costos laborales hacen que todo el esfuerzo que se viene realizando para sostener la actividad, en los últimos 10 años, ya no sirva y que el sector se encuentre frente a una situación de incertidumbre total.
Bianciotti señaló que el rubro está pasando de ser una actividad que tenía, como panorama a largo plazo, un crecimiento sostenido, a una actividad que se encuentra en peligro de extinción. Añadió que los productores de frutilla enfrentan una situación difícil y lo demuestra la caída de más de un 50% en la superficie plantada en Tucumán.
Las heladas pasadas pusieron a la actividad en “zona de desastre”, los daños fueron muchos y diversos, y los métodos de control no alcanzaron para cubrir sus efectos, con temperaturas superiores a los – 5°C que se registraron durante un prolongado período de tiempo, siendo el porcentaje de fruta ‘primicia’ perdida muy alto.
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