Para las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) la política lechera que difunde el ministerio de Agricultura es puro “cuento”. Así lo hizo saber la entidad que conduce Rubén Ferrero en un comunicado difundido este lunes y que lleva por título: “El cuento de la lechería oficialista”.
El primer dato que da a conocer el ruralismo es que la producción de leche “se encuentra estancada en niveles idénticos a la convertibilidad”. Recuerdan así que en 1999 la producción era de 10.329 millones de litros versus 10.900 millones del año pasado, según datos del propio Ministerio.
En tren de recordar, hay que decir que en 2003, cuando asumió Néstor Kirchner la producción de leche fue de 7.951 millones de litros, también según datos de Agricultura. La producción del año 1999, de paso, fue la mayor desde 1990, para derrumbarse por debajo de los 10 mil millones de litros hasta el año 2006.
En rigor tomando la producción de leche durante toda la convertibilidad, el promedio da 8.447 millones de litros, volumen que se elevó a partir de 2003 en promedio un 17%, y hasta casi un 20% si se obvia el bajón productivo de 2003. También puede afirmarse que en 1993 cuando la convertibilidad estaba en su mejor momento la producción de leche anual era de 6.590 millones de litros.
El estancamiento que señala CRA, es explicado por la entidad debido “a la falta de políticas públicas para el sector, encerradas dentro una macroeconomía inestable que genera un proceso inflacionario persistente que dispara los costos y erosiona la competitividad”.
Para que los tambos crezcan existen políticas que difunde la Subsecretaría de lechería que conduce Arturo Videla, como el Programa Tambos con Futuro, con herramientas técnicas de tipo productivo, de gestión y financieras especialmente elaboradas.
Recuerda CRA que “nuestros países competidores han crecido más del 50%” en la producción de leche, aunque tomando los datos de 2003, la producción local se elevó en casi un 40%. Y se incrementó en forma significativa la producción de quesos –es decir la industrialización de la leche- que pasó de 332 mil toneladas a cerca de 540 mil toneladas anuales.
“Ante la falta de crecimiento del sector lechero, el Gobierno Nacional insiste en mirar otra película, tergiversando la realidad con la intención de engañar a la opinión pública en general, afirmando, por ejemplo, que existe un incremento de la producción y una mejora en las condiciones económicas de los tamberos”, sostiene CRA.
La entidad asegura que “los números para la producción primaria de leche no son suficientes”. Ello porque el tambero cobra “en promedio” 2 pesos por litro mientras “el costo de producción supera” los 2,3 pesos por litro, “es decir los costos son un 15% mayor a los ingresos”.
Siguiendo esa línea de razonamiento producir un litro de leche deja una pérdida de 30 centavos, producir 10 litros un quebranto de 3 pesos, producir 100 litros un déficit de 30 pesos, y cada mil litros producidos el tambo perdería 300 pesos. Si se continúa con este absurdo cada 10.000 millones de litros, los tambos estarían perdiendo 3.000 millones de pesos.
Entre marzo de 2012 y marzo de 2013, según datos de la subsecretaría de lechería del Ministerio de Agricultura, sobre un relevamiento a 6.686 tambos y 18 industrias lácteas, el precio al tambero se incrementó un 23,8%.
Así la facturación de un tambo (solo por la producción de leche) de una capacidad promedio de 2.500 litros diarios pasó de 117 mil pesos a 146 mil pesos mensuales: casi 1,6 millones de pesos en el último año.
Al ruralismo indigna además que los consumidores paguen “un 400% más que lo que recibe un tambero por un litro de leche”, esto es aproximadamente 8 pesos el litro por culpa de la inflación, aseguran. De esa indignación debería surgir un fuerte reclamo para que baje el precio en góndola, pero en vez de eso lo que se reclama es un aumento.
CRA parece tener la solución: “generar de manera urgente mejores condiciones macroeconómicas que garanticen un verdadero crecimiento, con baja inflación, eliminación de los controles de precios y un marco de previsibilidad y confianza”.
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