El negocio ganadero en la Argentina fue una de las principales actividades productivas de una u otra forma desde los orígenes históricos más remotos, e incluso la calidad de estas carnes pasó a ser una especie icono en los principales mercados del mundo y dio fama a nuestro país como un gran productor de proteínas de origen animal.
Pero desde el momento que nace un ternero y hasta que un corte de carne vacuna llega al plato hay un largo proceso que se inicia tranqueras adentro a partir del mismo momento en que se selecciona el vientre que se destinará a la producción de una nueva camada de terneros.
La Argentina, siempre estuvo relegada en materia de terneros logrados, a pesar de la fama de sus carnes, porque esta producción históricamente se ubicó en un 57 por ciento de promedio, pero el año pasado alcanzó el 63,8 por ciento y este año se estima que alcanzará un 65,7 por ciento, porcentaje que llevado a números representa el destete de unos 13 millones de terneros.
De acuerdo con datos conocidos recientemente, Australia hoy muestra el 67 por ciento de ternero logrado por vaca, Estados Unidos, el 86 por ciento, pero en este caso se le entrega granos a todos los animales y el pasto que comen es el que está cortado. Uruguay está en el 68 por ciento y Paraguay no tiene cifras.
La Argentina mostró en los últimos dos años un salto cualitativo en este sentido, se ubica por encima de Brasil, le toca los talones a Uruguay y mantiene una relación directa con el precio de las carcasas.
“Algo pasó. Hay más tecnología, más rentabilidad, hay una actitud más proactiva del productor. Los que se salvaron de la seca aprendieron con sangre, sudor y lágrimas que el negocio de la cría pasa por la alimentación y no tanto por la sanidad y los minerales, sino más por el pasto y por el grano”, asegura Dardo Chiesa, integrante del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en diálogo con el suplemento Ambito del Campo.
“En eso hemos dado un salto cualitativo y cuantitativo y esperemos que esto siga así, pero hay que aclarar que el productor que logró mejorar los destetes es el que tiene de 300 vacas para arriba, el ganadero que tiene menos realiza una actividad de subsistencia y se encuentra en una situación similar a aquellos que trabajan en las economías extra pampeanas”, comenta Chiesa.
En las zonas áridas y semiáridas también hay productores que van encontrando niveles de subsistencia importantes en un proceso liderado por el NEA, NOA y Pampa Húmeda, pero con productores que tienen más de 300 o 400 cabezas, razona el expresidente del IPCVA.
Retraso
Los nuevos desafíos que los mercados proponen para la actividad ganadera, hoy obligan a los productores a tomar decisiones rápidas pero bien pensadas. Sin embargo en muchos casos la aplicación de esas estrategias se vieron demoradas y ese retraso se atribuyó a que las circunstancias económicas no estaban dadas en ese momento.
“Muchas de las experiencias que cuento las aprendí en los últimos tres años, hay mucha información que estaba disponible pero que no llegaba al productor, se crearon herramientas de tecnología que estaban disponibles y no se usaban”, añade el especialista en ganadería bovina.
Frente a la mayor difusión de la tecnología ganadera disponible se observa que hubo un cambio de mentalidad en el productor y es posible que en parte se deba a que en su momento mejoró la rentabilidad si se tiene en cuenta que por el kilo vivo de ternero se llegó a pagar hasta $15, precio que daba para entregarle maíz y cualquier cosa que se hiciera con esos terneros, era buena porque los números siempre cerraban.
Otro dato a tener en cuenta es que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) dispone de información respecto del manejo de los rodeos bovinos y tiene campos medidos para mostrar en los que se trabaja con esta tecnología y sin embargo no ocurre porque nadie se ocupó de ofrecer esa información.
Los productores que hacen ganadería a ciclo completo tienen que llevar un grado de eficiencia superior al 80 por ciento, sino en el proceso no hay eficiencia, pese a que usen la tecnología de la alimentación en el sistema de engorde que mejor les convenga.
A partir de 2011, se comenzó a generalizar entre los productores la implementación del destete precoz, de la capacidad corporal y de a poquito la relación vaca-ternero logrado fue mejorando. Entre los ganaderos se observa que el concepto de condición corporal, de destete precoz y de suplementación estratégica, además de ver cómo llegan las terneras al primer entore, cada vez toma más fuerza.
“Estos conceptos se van fortaleciendo entre los productores. Vamos a producir más terneros y eso va a generar una baja de precio, una situación parecida a la que se dio el año pasado que seguramente se repetirá este año”, apunta Chiesa.
A principios de marzo de 2012 el novillo se negociaba entre los $ 10,50 y los $ 10,80 el kilo vivo y hasta hubo lotes que se vendieron en $ 12. Vemos entonces que el precio del novillo en relación con el precio del ternero se equiparó y los feet lot se llenaron.
Es muy posible que este año pase lo mismo, el novillo ya está bordeando los $ 11, los feed lot compran terneros a $ 12 o $ 13 el kilo en pie. Los feed lot se llenarán otra vez, habrá más carne y las entidades del campo y la industria frigorífica deberán golpear las puertas y pedirle al Gobierno que abra la exportación.
Los temas pendientes para los ganaderos pasan por aumentar la cantidad de cabezas para comenzar a recuperar el stock para volver a tener 60 millones de cabezas.
Por eso es necesario ser más eficiente cada día, en los planteos ganaderos, que significa usar mejor los recursos disponibles y lo mejor que tenemos son los recursos humanos, remata el analista
Fuente: Ambito Financiero
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