Deben cuidarse todas las etapas productivas, desde el trabajo a campo hasta la industrialización. Por dónde pasa la clave.
Protagonista del mercado mundial de granos, la inocuidad garantiza a los consumidores que un alimento no dañará su salud. Para eso, deben cuidarse todas las etapas productivas, desde el trabajo a campo hasta la industrialización. En toda la cadena, la presencia de residuos químicos –que quedan en el grano tras la aplicación– es uno de los factores clave para asegurar la inocuidad. Recomendaciones para que los residuos químicos no los afecten.
“En la poscosecha, los agroquímicos más utilizados son los insecticidas”, explicó Bernardette Abadía, especialista en almacenamiento de granos del INTA. Esos insecticidas, añadió, tienen la doble finalidad de “limitar los daños que causan los insectos en la calidad de la mercadería durante el almacenamiento y comercializar granos libres de insectos vivos”, algo requerido por las normas de comercialización argentinas e internacionales.
Del 4 al 8 de noviembre, el INTA Balcarce dictará el III Curso Internacional de Actualización Técnica en Poscosecha de Granos, con el eje en la inocuidad y el control integrado de plagas.
El informe emitido por el Inta dice que, de acuerdo con Abadía, “existen normativas que regulan la cantidad tolerable de residuos en los granos y sus derivados, los Límites Máximos de Residuos”, cada vez más estrictos. De superarse esos límites, los embarques pueden ser rechazados al llegar a destino, generando significativos costos logísticos y riesgos para la salud, explicó la técnica.
Por esto, la especialista consideró “fundamental no superar los límites máximos de residuos de insecticidas en granos almacenados y utilizar esos productos responsablemente, tanto en la planta de acopio como en las industrias”.
Según Abadía, el control integrado de insectos es “indispensable” para reducir la dependencia de los agroquímicos: “El uso de insecticidas es una herramienta más, que debe combinarse con otras tanto o más importantes, como la limpieza de la planta y el uso de aireación (o refrigeración artificial)”, sostuvo.
Por otra parte, detalló que deben utilizarse sólo los productos registrados en Argentina, lo cual puede verificarse en el marbete. “De tratarse de granos o derivados para exportación, se deberá conocer la lista de productos registrados en el país de destino y sus correspondientes límites máximos de residuos, ya que pueden diferir de los argentinos”, precisó.
Como ejemplo, Abadía mencionó que en Europa, el límite máximo del DDVP es de 0,01 mg/kg, equivalente al límite de detección, mientras que en Argentina es de 5 mg/kg.
Respetar las instrucciones, no exceder las dosis máximas, evitar aplicaciones reiteradas, cumplir con el tiempo de carencia y registrar por escrito las aplicaciones de insecticidas (pensando en la trazabilidad de los granos) son otras recomendaciones para obtener mayor inocuidad.-
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