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AGRO 2.0 ARGENTINA Aprocer, una SA de pequeños productores en la cadena porcina

Si bien la producción de carne porcina ha instalado a Oncativo como un polo de desarrollo para el agregado de valor en esta cadena, tranqueras adentro aún tiene mucho por mejorar.

Un relevamiento realizado por el Inta en la zona de influencia de esta ciudad del departamento Río Segundo mostró que, en general, el modelo porcino adolece de grandes deficiencias. Sobre una muestra de 70 establecimientos, con 2.500 madres en total, sólo cuatro granjas exhiben indicadores de alta eficiencia. En el resto, la mayoría está produciendo a la mitad de su capacidad.
Romper el círculo. Con este escenario como referencia, y con el ojo puesto en producir cada vez más lechones, un grupo de productores de la región comenzó a analizar la posibilidad de asociarse. El objetivo apunta a cortar el círculo vicioso que mantiene a la producción de cerdos subordinada a la agricultura, por culpa de una ineficiencia que no hace más atractivos sus resultados económicos.
La iniciativa comenzó a tomar forma. Con la gestión del Inta y de la filial Oncativo de la Federación Agraria Argentina (FAA), 25 pequeños y medianos productores han colocado la piedra fundacional de Aprocer.
Se trata de una sociedad anónima que tiene en construcción, entre Impira y Matorrales, una granja de reproducción para 250 madres de genética brasileña. “En vez de tener 25 establecimiento con indicadores poco desarrollados, buscamos hacer uno con un nivel productivo de alta eficiencia”, explicó a La Voz del Campo Francisco Servetto, presidente de Aprocer.
Para fin de año, la sociedad prevé sacar del establecimiento la primer camada de lechones, que se criarán allí hasta el destete. Su peso de salida esperado rondará entre 33 y 35 kilos.
Seguir como productores. Con 12 socios de Oncativo, tres de Santiago Temple, dos de Villa del Rosario, Matorrales y Oliva, y los cuatro restantes de Sacanta, Río Cuarto, Córdoba y Arroyito, la sociedad tiene claros sus alcances: hacerse cargo de la producción de lechones y que sean luego los propios asociados quienes definan su destino final, pero por fuera de la granja madre.
“Buscamos resolver la cuestión reproductiva, con una granja de sitio uno y dos, que es muy importante y compleja. Pero con la idea de que el productor lo siga siendo en el tercer nivel, que es el engorde, con el modelo que él considere más pertinente. Se busca proteger al productor y que no se desentienda del negocio”, sostuvo Víctor Gasparini, productor de Oncativo y uno de los integrantes de la sociedad.
Más allá del crecimiento horizontal que puede desarrollar cada uno de los asociados –por ejemplo una futura integración para el engorde–, Aprocer también tiene previsto crecer verticalmente.
Capacidad. El proyecto final apunta a poblar a la granja con mil madres. Por ahora, el primer módulo para 250 madres, que espera recibir a la primera camada de cachorras dentro de 20 días, cuenta un centro de inseminación, y salas para albergar a las futuras madres, gestación, maternidad y destete.
Por el momento, no contará con planta de alimento balanceado; los componentes de la ración se comprarán a terceros. En esta primera etapa, la producción será de 7.000 lechones por año. Según Servetto, la sincronización del establecimiento hará que las tareas semanales sean intensivas: lunes y martes, días de servicio; martes y miércoles, pariciones; y viernes, destete.
Inversión y costo fijo. A partir de su contribución económica, cada integrante posee un porcentaje de capital accionario en Aprocer. Ese porcentaje es el que le permitirá luego participar de las ganancias generadas en la producción de lechones. Si un productor tiene el tres por ciento de la sociedad, tiene derecho a recibir el tres por ciento de la producción de lechones.
La granja no busca la renta en sí misma, sino que la reciba el productor asociado. Cuando esté en funcionamiento, cada viernes se destetarán 150 lechones y cada socio recibirá en su establecimiento la cantidad de cabezas que le corresponda; a cambio deberá pagar los costos de producción. “Hoy, un criadero de alta producción produce entre 26 y 30 lechones por año por madre. En la zona estamos entre 12 y 14. El objetivo es que a través de Aprocer el productor reciba el doble de lechones que hoy obtiene”, graficó el titular de Aprocer.
Capital propio. Sin financiamiento bancario, la construcción de la granja de sitio uno y dos se ha realizado con aportes de los socios. La inversión está estimada en 25 mil pesos por madre; ese valor incluye la compra del campo, instalaciones, equipamiento, genética y la nutrición, hasta la salida del primer lechón. A partir de ese momento, el socio dejará de aportar en forma directa.
Desde que recibió el servicio (por inseminación artificial) hasta la parición, plazo que dura 135 días aproximadamente, cada madre consume 400 kilos de comida. Durante ese período, el costo de nutrición y de mano de obra se lleva el 90 por ciento de los costos fijos. “Es igual para uno que para 12 lechones, por eso el objetivo es destetar la mayor cantidad de lechones por madre”, sostuvo Servetto, para quien la única forma de bajar los costos fijos es aumentando la productividad. Y ahí está la apuesta de Aprocer.

Inversión. 25 mil pesos por madre. Es el monto de la inversión prevista por Aprocer en la granja de reproducción. Contempla el costo de la tierra, instalaciones, equipamiento y la nutrición, hasta la salida de la primera camada de lechones del establecimiento.

Fuente: lavoz.com.ar

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