La Dirección de Producción Vegetal del Ministerio de Producción, alertó sobre la presencia de ejemplares de la especie achatina fúlica en domicilios del barrio Yapeyú de la capital correntina, hallados por personal del SENASA afectado a tareas de monitoreo. La novedad, comunicada por el Centro Regional Corrientes-Misiones del organismo sanitario nacional, es el resultado de [...]
La Dirección de Producción Vegetal del Ministerio de Producción, alertó sobre la presencia de ejemplares de la especie achatina fúlica en domicilios del barrio Yapeyú de la capital correntina, hallados por personal del SENASA afectado a tareas de monitoreo. La novedad, comunicada por el Centro Regional Corrientes-Misiones del organismo sanitario nacional, es el resultado de un monitoreo realizado en el citado barrio y la presencia de este molusco pone en alerta a las autoridades, ya que además de ser zoonótico posee una baba sumamente tóxica para animales y personas.
Es de fácil reconocimiento por su tamaño y colores; son hemafroditas y es muy prolífico: puede poner hasta 500 huevos por vez. El consejo principal es no tocarlo con las manos descubiertas y evitar el contacto de la baba con ojos, nariz y boca.
Puede hasta provocar una ceguera en los niños. Representa una grave amenaza para la flora nativa y los cultivos de interés comercial.
Las recomendaciones son:
- No tocar los caracoles
- Evitar el contacto con la baba del caracol, especialmente con ojos, nariz y boca.
- Lavar con agua potable las verduras, porque pueden haber estado expuestas a su baba.
- Si se toca un caracol, hay que lavarse inmediatamente las manos; también si se tocan superficies que pueden haber estado expuestas a su baba.
- No comer caracoles.
- No utilizarlos como carnada, mascotas o adorno.
- No utilizar veneno contra el caracol, ya que los molusquicidas son extremadamente tóxicos para niños, mascotas y la fauna nativa.
- Eliminar del jardín restos de madera, materiales de construcción o cualquier otro elemento que pueda servirle de refugio.
- En caso de hallarlos, tomarlos con guantes impermeables (látex), colocarlos en una bolsa, aplastarlos y enterrarlos, o introducirlos en un recipiente con dos partes de agua y una de cloro. Los guantes también deben ser enterrados o quemados.
- No permitir que los niños participen en la captura de caracoles.
- No trasladar los caracoles a otras zonas. Tampoco plantas u otros elementos del hogar donde los caracoles o sus huevos podrían alojarse.
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