Como si de un recién nacido se tratara, el nuevo director gerente de La Concepción y director del área de Medio Ambiente, Luis Medina Montoya; la jefa de la Sección de Investigación Botánica, Blanca Lasso y el jefe de conservación del jardín, Paco Ruz, asisen al momento de la plantación del primer árbol del nuevo huerto, un peral en flor, tras el cual se vislumbran unas increíbles palmeras canarias y unos vigorosos plátanos de sombra.
Este nuevo huerto, que tendrá en su haber más de un millar de plantas, y que tiene un objetivo eminentemente educativo, contará con colecciones de frutales autóctonos, subtropicales, hortícolas, plantas medicinales y plantas útiles (productoras de aceites y grasas, tóxicas, cosméticas, tintóreas), que se irán repartiendo por los diferentes parterres, como cuenta Blanca, a lo que Medina añade que se han podido realizar gracias a una donación de cemento Italcementi, y tierra, que ha aprovisionado Parques y Jardines así como una colaboración del Colegio de Farmacéuticos. Esencial es también la participación del grupo de productores Guadalhorce Ecológico, que aportará una importante colección de plantas autóctonas, y a punto de perderse porque se han ido desechando de la agricultura tradicional porque no son intensivas, y que en la Concepción de los Loring y los Heredia crearán un banco de germoplasma al aire libre.
Este peral es el punto de partida de un un amplio huerto de 1.600 metros cuadrados, que enseñará a los escolares y a los visitantes del jardín cómo se desempeñan las tareas agrícolas y cuáles son las utilidades de las plantas. Habrá, como cuenta Lasso, dos talleres en los que los aprendan las bondades de la dieta mediterránea, así como las principales funciones del trabajo en un huerto (germinación, plantación y mantenimiento) y sus productos de temporada.
Es interesante recordar que la finca cuenta ya con parcelas de limoneros, que estaban plantados antes de que llegaran los Heredia que, precisamente, incluían estos frutos en su exportación de lo que se llamaban coloniales. Frente a esta nueva parcela con frutales y hortícolas habrá una pequeña grada desde la que los más pequeños verán las plantas desde lo alto y escucharán las explicaciones. El único 'pero', si es que hay alguno, es que no será un huerto árabe al uso porque no es operativo para la accesibilidad ni para la entrada de escolares. «Que luego vienen los niños y nos lo pisan todo», dice Lasso guasona. Pues nada más que objetar.
fuente diariosur
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