Redacción
BBC Mundo
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Luego de doce días de tensas negociaciones, más de 190 paises reunidos en la Cumbre de Biodiversidad
en Nagoya, Japón, acordaron un nuevo plan para 2020 dirigido a proteger
las especies del planeta. Pero las metas acordadas son menos exigentes y
específicas de lo que pedían los expertos en conservación.
En el encuentro también se logró un acuerdo en torno a un tema clave para América Latina: cómo regular el acceso a los
recursos genéticos de las plantas y el reparto de los beneficios que se
obtienen de ellas.
Los delegados estuvieron reunidos hasta altas horas de la noche y la principal manzana de la discordia fue
precisamente el llamado Protocolo ABS (Access and Benefit sharing
o acceso y reparto de beneficios). Brasil y otros países en desarrollo
ricos en biodiversidad habían insistido durante todo el encuentro que no
firmarían las metas generales a menos que hubiera también un acuerdo
sobre el protocolo.
Los países en desarrollo lograron una concesión importante: que el acuerdo cubra todo lo que que se llegue a obtener a partir de sus plantas –lo que técnicamente se conoce como "derivados".
Los países industrializados y naciones como Suiza, que tienen una poderosa industria farmacéutica, querían un acuerdo mucho más limitado.
"Cada palabra en estos documentos no es sólo una palabra", dijo a la BBC Hugo Schally, principal negociador europeo en
este tema. "Para la industria estas palabras pueden significar
diferencias de miles de millones de dólares".
clic Opine: proteger la biodiversidad, ¿ahora sí?
En materia de detener la pérdida de biodiversidad, el acuerdo logrado en Nagoya establece como meta proteger el 17% de los espacios terrestres y el 10% de los océanos, para 2020.
Muchos expertos consideran estas metas demasiado débiles, apuntando que ya se protege al 13% de las superficies
terrestres y que la meta del 10% para áreas marinas es la que ya existía
antes de la cumbre.
Varias organizaciones de conservación expresaron que las nuevas metas pueden no ser suficientes para detener la pérdida de especies.
"Los delegados se irán ahora de Nagoya, pero el trabajo para salvar la vida en el planeta tiene que reanudarse el lunes
por la mañana", dijo a la BBC Jane Smart, de la Unión Internacional para
la Conservación de la Naturaleza.
Japón asumió la presidencia de la Convención de Diversidad Biológica hasta 2012 y según Wakao Hanaoka, de Greenpeace,
"eso debe significar en la práctica que tome medidas concretas para
reducir la pesca de especies lucrativas y amenazadas como el atún rojo".
El director del Fondo Mundial para la Naturaleza, Jim Leape, dijo que a pesar de las limitaciones del acuerdo
"éste reafirma la necesidad fundamental de conservar la naturaleza como
la base de nuestra salud y nuestra economía. Los gobiernos han dado un
fuerte mensaje de que proteger al planeta es un tema central de la
política internacional".
Varios países en desarrollo advirtieron que no tienen los fondos necesarios para implementar las nuevas metas. Ponerlas
en práctica requiere desde pagar guardias hasta sistemas complejos de
monitoreo.
"Los bosques en nuestros países son vitales para todo el planeta y esperamos ayuda financiera para poder conservarlos
por el bien común de la humanidad", dijo Johansen Voker, de la Agencia
de Protección Ambiental de Liberia.
Los países desarrollados se comprometieron a establecer mecanismos para reunir fondos de ayuda para 2020, lo que
puede significar un importante flujo de fondos para las naciones en
desarrollo. Los planes deben estar en pie para 2012, cuando Rio de
Janeiro será la sede de la segunda Cumbre de la Tierra, dos décadas
después de albergar la primera.
Las cifras que se manejan parecen demasiado ambiciosas, particularmente si se tiene en cuenta que los gobiernos ya
se han comprometido a reunir US$100 mil millones para combatir el cambio
climático para 2020.
"Pensar en resolver el problema de la pérdida de biodiversidad sólo con fondos públicos es una ilusión", dijo a la BBC
la ministra de Medio Ambiente de Francia, Chantal Jouanno. "Las empresas
privadas deben contribuir y esto es algo lógico, porque obtienen
ganancias aprovechando los recursos de la biodiversidad".
La cumbre en Nagoya fue la X Conferencia de las Partes de la Convención sobre Biodiversidad (COP10). Tanto el secretario
general de la Convención como la ONU habían admitido antes del
encuentro el fracaso individual y colectivo en reducir la pérdida de
biodiversidad.
La gran pregunta es si las metas acordadas en Nagoya son lo suficientemente específicas para alterar lo que para
muchos es la gran tragedia: la pérdida de biodiversidad a un ritmo mil
veces superior al considerado natural. Al menos un quinto de las
especies del planeta están amenazadas de desaparecer. En el caso de los
anfribios, la cifra es superior al 40%.
clic Vea "Aumentan las especies en peligro de extinción"
En palabras del naturalista Edward O. Wilson, "estamos dejando escapar la naturaleza de entre nuestras manos y con ello nos estamos perdiendo a nosotros mismos".
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