PARA ALGUIEN QUE LIBERO DE LA ESCLAVITUD A SUS HERMANOS.
A Miqueas. In memoriam.
Cuando la libertad es lo único más preciado que se tiene, es bueno luchar por ella, porque es la única esperanza de todo ser humano. La única esperanza de poder vivir y morir en la paz y en la tranquilidad de nuestros bosques, o en la mirada de las quebradas y arroyos que circundan nuestro territorio; como también nos da la paz; la lucha para que no se depreden los bosques de nuestra Sagrada Pacha Mama. Queremos que todos los seres del universo tengan un lugar donde vivir, pues si no lo tienen mueren por la esclavitud de la codicia que el capitalismo y el seudo desarrollo occidental nos trae.
Persiguió la lucha, como todo un Nini Kamayoq del Antisuyu, que está destinado a dar la sabiduría y el consejo oportuno a su pueblo que lucha por liberarse por toda clase de yugo, llámese a los madereros que querían y siguen queriendo arrasar con todos los bosques que nos dan el aire, que nos dan la vida, pero no solamente la vida a nosotros sino a todos nuestros hermanos menores.
Como también me enseño a ser paciente y a esperar a pesar de que el panorama se nos presentara muy adverso. Que podríamos decirlo ahora, ahora que se ha ido y que ahora que echo de menos su figura, sus palabras y sus consejos como hermano mayor, como amigo y como hermano, por su respeto a alguien que en un momento no creyó en su destino. Si no creí en mi destino, hasta que las mismas circunstancias de la vida me orientaron a que retome un camino desandado, pero que también aprenda a renunciar.
La renuncia como principal aspecto de la grandeza, como lo hizo Miqueas, a vivir en la pobreza absoluta, salvo lo más indispensable; concepto que muchos de nuestros pueblos han olvidado para absorber la noción y hacerla suya, como es la codicia y la usura, males que no existían en nuestras naciones, tanto en la de él como en la mía y en la de muchos otros. La llaman emprendedorismo a la codicia y a sus resultados lo denominan empresa. Si la gran empresa, aquella que destruye nuestra naturaleza, y vemos como nuestra mirada se pierde en los nuevos desiertos que van construyendo los que se hacen llamar emprendedores, como también nuestros hermanos se contagian y quieren ser empresarios, para poder departir con los nuevos señores esclavizadores.
Tú lo viviste en tu nación, yo lo sigo viviendo en mi nación. Como es una nueva mascara y se ha convertido en un dogma que se nos siga explotando y contaminando nuestras tierras. Sí, ahora no solamente están en tus tierras, ahora están en las mías; así como tu tenías muchos felipillos y martinillos que se vendían por algunas cuentas de cristal, yo tengo algo muy parecidos, pero que se llaman Refinos o Paulinos Zavalas, Hildos Esquiveles, que se prestan para que los nuevos señores esclavizadores nos puedan quitar nuestros territorios y asolarlos estos y contaminarlos estos.
Por ello todos los que te conocimos alguna vez te extrañaremos por tu humildad y desinterés en la lucha y que fuiste al encuentro con tus ancestros después de haber cumplido tus deberes como Nini Kamayoq, tal como lo dicen los legados de nuestras naciones desde que el mundo se apareció y se fundó desde la visión de la que nos enseñaron nuestros abuelos y abuelas, sentados juntos al calor de los fogones, esperando que se nos cuente el relato de la noche, con los cuales aprendimos lo que piensan nuestros pueblos, como ven las cosas que miramos. Ya no lo veremos pero sentimos que en el mundo de nuestros abuelos, seguiremos haciendo también otras luchas y nos reuniremos como pueblos del Abya Yala que somos, hasta pronto hermano Miqueas.
Túpac Isaac II
Juan Esteban Yupanqui Villalobos.
http://juanestebanyupanqui.blogspot.com
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