El riesgo de una hambruna de consecuencias planetarias provocada por la fuerte carestía de los alimentos ha llevado a las principales instituciones supranacionales a tomar cartas en el asunto. Si el FMI o el BM han advertido durante este fin de semana de los problemas para la estabilildad política de los países pobres ante la carencia de productos básicos como el arroz o el trigo, el portavoz especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler, ha ido más allá al afirmar que la producción masiva de biocombustibles es un "delito contra la humanidad".
Por ello, Ziegler ha exigido al Fondo Monetario Internacional que cambie su política de subvenciones agrícolas al mismo tiempo que ha acusado a la Unión Europea de estar "arruinando" la agricultura en África al financiar la exportación de los excedentes europeos a este continente.
Además, Ziegler ha asegurado que detrás de el encarecimiento de los alimentos también se esconde un proceso de especulación en los mercados de futuros agrícolas, fenómeno que según el responsable de Naciones Unidas se ha visto potenciado por la reciente inyección de capitales de los principales bancos centrales.
Por su parte, desde el comité de primavera del FMI y el Banco Mundial BM realizado el pasado fin de semana, los ministros de Economía y Finanzas de los príncipales países desarrollados han hecho un llamamiento a todo el planeta para tomar medidas urgentes que contengan la subida de los alimentos, alarmando del malestar general que se ha creado ante la envergadura del problema, según un comunicado del BM en el que sin embargo no se hace ninguna mención a los biocumbistibles.
En la rueda de prensa de cierre de las reuniones, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, ha alertado que la escalada de los precios, según el Fondo Monetario Internacional (FMI)- "podría agravar la pobreza de 100 millones de personas".
A su lado, el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, ha asegurado que "lo que está en juego es la estabilidad política de muchos países", tal y como ha quedado patente este fin de semana en Haití con la caída del actual Gobierno tras una moción de censura por el encarecimiento de los principales alimentos.
En base a los datos que manejan ambas instituciones, durante los últimos dos meses el precio del arroz ha alcanzado cotas inigualables, subiendo en algunos casos hasta un 75%, mientras el precio del trigo ha hecho lo propio hasta en un 120% con respecto al año anterior. Además, el Banco Mundial estima que en los últimos tres años los precios de los alimentos en general han aumentado un 83%.
La UE descarta revisar el objetivo de que el 10% de los carburantes provenga del biodiésel en 2020
La Comisión Europea no cree que exista un gran riesgo de que la carrera hacia los biocombustibles vaya a significar que cada vez haya más tierra arable en la UE dedicada a la producción de materia prima para la producción de ese tipo de carburantes en lugar de alimentos.
"No vemos que haya gran peligro dentro de la UE de pasar de la producción de alimentos a la de biocombustibles", ha asegurado hoy el portavoz comunitario de Agricultura, Michael Mann.
Según el portavoz, Bruselas calcula que "sólo un pequeño porcentaje de la tierra cultivable" se destinará a producir biocarburantes.
La UE se ha comprometido a elevar a un 10% para 2020 la cuota obligatoria de biocombustibles usados en el transporte, objetivo que está recibiendo cada vez más críticas, tanto desde el punto de vista económico como ambiental.
El País
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