Leyendo los conceptos del ingeniero Torres y de Gonzalo Calderón sobre la propuesta de Guillermo Lara propuesta para discusión por León Jaime, es claro que se confirma una realidad compartida a estas alturas creo por la mayoría del gremio. No tenemos transformación y necesitamos montar unas bioplantas o beneficiadoras o plantas industriales o transformadoras o como bien debamos llamarles.
El cluster de la sábila en Falcón nos deja claro que los cultivos de sábila deben industrializarse. El desarrollo del cultivo de siglos de existencia y su experiencia básicamente desarrollada en la explotación del acíbar, así también de sus instalaciones de extracción y equipos en los últimos 50 años; ha tenido un nuevo impulso con el megaproyecto de las 7 instalaciones – hasta ahora 3 montadas - que apoya el gobierno central Venezolano aprovechando el potencial sembrado - explotado privadamente en un pequeño porcentaje industrialmente - con el propósito de hacer participe a la comunidad cultivadora en ese territorio.
Lo primero de resaltar es el concepto del MEGAPROYECTO, - del que se enteró en su momento de promoción, la secretaria técnica nacional de la cadena – el cual dentro de un proceso lógico del saber hacer, necesitó inicialmente previamente evaluar el potencial y tipo de los cultivos, sus toneladas; o ha., sembradas y determinó una capacidad de producción a instalar que resumió en 7 instalaciones en diferentes sitios y progresivamente como se ha hecho. El valor del plan o megaproyecto se evalúo en su totalidad y la inversión se supo en un presupuesto. No necesariamente serán del mismo tamaño y seguramente explotaran el material decidido.
También tiene lógica que luego de buscar - de alguna manera se realizó - el tipo de AGOINDUSTRIA a instalar, se eligieron los diseñadores y constructores, en sitios previamente escogidos para territorios y comunidades seleccionadas - cualquiera que sea la manera utilizada - y tendría lógica que con ese tiempo en que Ellos han sido lideres en el mercado, también hallan previsto que productos y a que consumidores y sus características y por medio de quien habrán de concretar pedidos. El desarrollo de la agroindustria ha tenido diversos procesos en Méjico, en Estados Unidos, en Dominicana y ya sabemos como y quien explota actualmente el mercado y seguramente todos han calculado según el tipo de inversiones que se han necesitado y las han conseguidos de alguna manera.
En Colombia, tenemos definitivamente menos experiencia y áreas sembradas que en estos y otros países en el mundo y además de las practicas comunes del cultivo sin inversión o muy poca – como en la mayoría de esos países - , existen ejemplos de prácticas y labores culturales variadas con mediana y alta productividad en lo que se ha denominado el MODELOS 1y 2, lo que sumado al reciente aprovechamiento del gel, por la existencia de nuevas tecnologías para sus tratamientos y tendencias en consumos especialmente en alimentos; abre una posibilidad para que tanto proyectos privados como colectivos puedan emprenderse exitosamente por las tendencias mundiales y ojala próximamente en el medio por ciertas ventajas comparativas. Las proporciones de la explotación por regiones en el territorio nacional, puede con unas prácticas sencillas pero metodologicas especialmente con relación a indicadores de productividad y calidad; dimensionar la OFERTA de TON de hoja en fresco disponible actualmente y unas proyecciones a mediano y largo plazo para calcular la CAPACIDAD DE PRODUCCION a instalar, teniendo en cuenta paralelamente estudios de mercado serios - pendientes por realizar - como sumatoria del producido total nacionalmente, según demandas potencialmente cautivas por promoción de nuevos e innovadores productos. Si hiciéramos los cálculos con las 400 Ha., que menciona la caracterización en www.colombiaaloe.com y calculamos una producción promedio de 60 TON / Ha. / Año; eso arroja un total de 2400 ton /año; un 10 % de lo que según estudio realizado por el secretario técnico debiéramos estar produciendo para sustituir importaciones. Lo que podría permitirnos especular con un promedio actual de entre 2000 y 2400 ton/ año por instalación considerando 8 o 10 en el territorio nacional. Cuanto valen los cultivos, las instalaciones y lo que significa poner a funcionar la cadena ahora si completa, es lo que debemos hacer; por donde comenzar o como hacerlo de una u otra forma, es lo que debemos propender para que aparezca o presentar la propuesta.
Sabemos de algunas firmas Nacionales con desarrollos tecnológicos en ingeniería de procesos, con modelos para transformación des un1/8 de tonelada /hora, hasta grandes instalaciones, cotizados; y además de firmas del exterior con otras ofertas de todo tipo de equipos complementarios para la extracción de materia prima básica. Pero ello tiene un costo, las Bioplantas actualmente no se pueden construir por la empresa que las hace para ver si las compran, seguramente después del montaje de dos o tres que funcionen como debe ser, quien las construya, contribuirá exitosamente a consolidar EL ESLABON MAS IMPORTANTE, por ahora, por su inexistencia y obtendrá benéficos pero generará benéficos complementarios.
Nadie duda sobre la necesidad de reconocimiento de espacios semejantes como los existentes en Venezuela, Méjico, Dominicana, España, China y conocer en vivo las instalaciones de las transnacionales que por Internet nos hemos dado cuenta virtualmente y sus diversas proporciones; pero especialmente, conocer las ofertas de quienes las han fabricado y muestren cuáles están funcionando como debe ser o que empresas garantizan que lo que se necesita es lo que estamos demandando y lo producirán una vez instaladas.
Suponiendo entonces que realizado el censo de cultivadores y su potencial producción a un tiempo aproximado en el que esté INSTALADA Y FUNCIONANDO determinada capacidad de producción y de allí a 5 o 10 años en lo proyectado; previa, paralelamente conocido el tipo de cultivo a explotar, los productos que se extraerán según las maquinas apropiadas para cada caso y tipos de mercados y segmentos que arroje el estudio de mercado, podremos decir que existe realmente una cadena que registrada en el observatorio del gobierno y del apoyo internacional, iniciará su promisorio funcionamiento.
Si en tal región u otra, el programa es privado o colectivo, eso dependerá de los propósitos del liderazgo que finalmente saque adelante la iniciativa; pero el resultado que requiere la sumatoria es el mismo para todas las regiones cuando al presupuesto total hemos de referirnos.
Hasta ahora, los actores somos el SECTOR PRODUCTIVO, con iniciativas privadas de poco peso economico, logrando en algunos casos ser acompañado por la ACADEMIA temáticamente; es decir agro-ecológicamente, agroindustrialmente y comercialmente; en busca de sustentar protocolos exigidos por las diferentes buenas practicas en los diferentes eslabones; tras el logro del requisito fundamental, la competitividad y de esa manera candidatizándose para que a través de las facilitaciones del gobierno se pueda lograr la promoción y gestión de recursos, financieros, técnicos privados o públicos; para la implementación por partes, y por separados de un “tácito volumen de producción nacional” pero evidentemente sin un plan conocido por todos ante su inexistencia y de allí los resultados.
El costo total de las 8 o más regiones aspirantes algunas a producir inmediatamente por la existencia de cultivos y con la idea de crecer, otras en el tiempo del montaje de la instalaciones y otras al mediano tiempo después de que el cultivo cumpla con condiciones mínimas exigidas DEBE CONOCERSE y es esa la suma a la que debemos comprometernos para garantizar como ASOCIADOS o federados desde sus cultivos, sus BIOPLANTAS o sus empresas de distribución; en el denominado pacto de competitividad o de colaboración mutua como podría entenderse en la Web 2.0; pero eso tiene un costo y lo pagamos entre todos, o entre todos lo conseguimos, no hay otra.
Reunir expertos para cada acción es de lógica cuando sea necesario, y preparar misiones especificas debe ser resultado del análisis que con experticia y sabiduría logremos plasmar para socializar a través de los medios, para que exista una participación de los interesados; pero es “elaborar” una propuesta que esquematice el plan y que realice las convocatorias temáticamente dentro de lo interdisciplinar y interinstitucional con una iniciativa como la que me propongo, pero para que se apoye y sea “construido” en conjunto y no implantado por interés de opiniones personales; sino producto de convencimientos de las comunidades y los individuos que la conformen.
Debemos dejar ser tentados por iniciativas individuales y locales sin conexión con el mercado global desde nuestra globalidad nacional; LO BASICO ES EL CAMBIO DE ACTITUD y el convencimiento de que vivimos nuevos tiempos en las que el conocimiento y la aceptación de nuevas costumbres son clave. Pareciera ser necesaria una encuesta con relación a la necesidad de este instrumento y la factibilidad de su realización, concientes de que entre más acertado sea, seguramente exigirá más recursos.
Finalmente, y compartiendo que "la mediocridad puede hablar y solo al genio le es dado observar", hago un llamado al Dr. Manuel Fernández para que participe del tema. Creo que su posición respecto al resultado de los consejos regionales y la "nueva" organización de la estructura productiva de la cadena frente a una propuesta del Plan Nacional, es necesaria para continuar en el intento de reunir esta triada para el bien de la sociedad civil involucrada y el nuestro propio.
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