La biomasa en conjunto es la principal energía renovable gestionable, por lo que su papel en la producción energética debe ser la sustitución o complementación de los combustibles fósiles como el gas, petróleo o el carbón. La producción térmica con biomasa tiene un rendimiento global en torno al 80% (PER), sólo ligeramente inferior a calderas de gas natural de condensación. La incorporación de la biomasa a las demandas térmicas industriales y sobre todo urbanas requiere un cambio de modelo de suministro de climatización, pasando de utilizar combustibles importados caros en instalaciones sencillas a utilizar combustibles baratos en instalaciones más sofisticadas y con mayores gastos de gestión. En la práctica costes similares pero con mayor eficiencia energética y mayor generación de empleo de cierto nivel técnico y alta estabilidad profesional. El desarrollo de redes de calefacción urbana puede ser una línea de trabajo que genere actividad en el sector de la construcción y mejore la eficiencia energética de España. Biomasas como biogás, RSU y algunas biomasas industriales complicadas tienen un papel centrado en la producción eléctrica pero la mayor parte de la biomasa forestal se puede destinar a uso térmico en calderas individuales, colectivas o redes de calor estableciendo estándares de calidad de emisiones elevados en instalaciones urbanas. |
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