Todos y cada uno de nosotros dependemos del buen funcionamiento de la agricultura para garantizar el acceso a un abastecimiento de alimentos continuo y estable, seguro para el consumo y de buena calidad.
Para los ciudadanos europeos también es de gran importancia que los alimentos se produzcan siguiendo métodos que protejan nuestro paisaje, nuestro medio ambiente, nuestros animales y la vida salvaje.
El mercado por sí sólo no alcanzará estos objetivos. Este es el papel de la Política Agrícola Común. En los últimos años se han sucedido varias reformas de la PAC.
Dichas reformas han reforzado los requisitos en materia de seguridad alimentaria, trazabilidad, protección medioambiental y bienestar de los animales en la UE.
Además, la agricultura se orienta ahora más al mercado, y se ha fomentado la oferta de servicios adicionales por parte de los agricultores, en su papel como gestores de las tierras.
Con su actividad económica, y con el apoyo de la PAC, los agricultores europeos garantizan el abastecimiento alimentario y toda una serie de beneficios públicos.
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