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La yuca, como cualquier otro cultivo, requiere una buena preparación del suelo
que varía según el clima, el tipo de suelo y sus características físicas, biológicas y de
vegetación, la topografía, el grado de mecanización y otras prácticas agronómicas. Es
importante conocer la historia de uso del lote para mantener la sostenibilidad del suelo,
verificar que no tenga zonas de encharcamiento y si fuera necesario realizar obras de
drenaje y manejo de aguas.


Una preparación adecuada del suelo garantiza una cama propicia para la semilla y, 
en consecuencia, altos niveles de brotación y de producción. La preparación del suelo
comienza, generalmente, en la época seca; en regiones de clima muy húmedo se procede
al contrario, preparando la tierra hacia el final de las lluvias intensas y sembrando las
estacas al comienzo de la época seca; de esta manera se aprovechan las lluvias poco
copiosas para el desarrollo inicial de las raíces. En zonas de menor precipitación pluvial
es necesario, a veces, arar antes del período seco para aprovechar algo de humedad, ya
que más tarde el terreno se secará y endurecerá demasiado para la labranza (Ospina et
al., 2002).


Puede ser utilizada labranza convencional, con arados de disco y rastras pesadas
o labranza vertical, utilizando el arado de cincel rígido o vibratorio. Este
último contribuye a solucionar los problemas de compactación y sellado que muchas
veces ocasiona la labranza convencional. El terreno se debe preparar por lo menos a 25-
40 cm de profundidad para obtener un suelo disgregado y libre de terrones que facilite
el crecimiento horizontal y vertical de las raíces.

Dependiendo del tipo de suelo y las  condiciones de drenaje interno y superficial
se deben realizar caballones entre 30-40 cm de altura; estos pueden realizarse a pequeña
escala con el uso de bueyes y a gran escala con caballoneadores mecánicos como
sigue:

  • en suelos de textura arcillosa donde caen más de 1 200 mm de precipitación pluvial, 

se deben hacer caballones para facilitar el drenaje y mejorar el establecimiento del
cultivo y las labores de cosecha manual.

  • en suelos más pesados y compactos, se deben hacer caballones porque estos suelos se 

saturan de agua y en la época de lluvia en razón de la mala aireación propician la pudrición de las raíces causando pérdidas al cultivo.

  • en suelos de textura arenosa, que predominan en los climas secos del trópico la yuca puede 

ser plantada en tierras llanas, exceptuando lotes que se encharcan por mal drenaje, en los que se deben realizar caballones.

  • en los terrenos en declive no es recomendable plantar yuca cuando las pendientes superan 

el 15 por ciento; en caso de hacerlo deben hacerse surcos en contorno para prevenir la erosión y aplicar otras prácticas de manejo del suelo (Cadavid, 2005).

Fuente: Guía técnica para producción y análisis de almidón de Yuca

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