La marca Armenia Por: Miguel Ángel Rojas 2006.07.22
El experto en city marketing (título rimbombante pero inexistente) Gabriel Jaime Rico Betancourt vino esta semana al Quindío a descrestar calentanos y sostuvo que es necesario crear y posicionar una marca Armenia. Dijo, según el diario La Crónica, que la fórmula para no agotar el destino turístico está en ofrecerles a los viajeros nuevos atractivos. Puso como ejemplo a Hollywood y a Cartagena, una ofrece cine y diversiones en parques, la otra sol y playa. Y uno se pregunta: ¿No ha hecho el Quindío algo parecido? Hemos ofrecido y vendemos turismo rural, ecológico y de aventura. De esto no hay en Hollywood ni en Cartagena. Entonces ¿qué es lo que nos quiere decir el ‘experto en city marketing’? Tal vez, que ¿cada municipio-ciudad del Quindío debe especializarse en algo? Me parece imposible y hasta ridículo. El Quindío debe seguir por las sendas de los parques temáticos, con una identidad que ya se le reconoce en Colombia: turismo rural, ecológico y de aventura. ¿O será que los turistas del cine de Hollywood o de sol y playa de Cartagena vuelven cada seis meses o cada año a lo mismo? Seguro que no, como no vuelven tampoco al Quindío si no tres o cinco años después. No seamos ilusos, ni mucho menos tontos.
El tema de Armenia debe estar concentrado en hacer de ella una ciudad paisaje, concordante con la identidad del proyecto turístico rural. En esta columna hemos insistido en que Armenia puede ser la ciudad más linda de Colombia, la más ecológica, la más florida, aquella donde canten más los pájaros y se puedan ver los animales en su vida silvestre. Es fácil, porque la ciudad no es nada distinto al bosque urbano más grande de Colombia. El municipio tiene 1.418 fragmentos de bosque identificados por la Red de Reservas Naturales de la Sociedad Civil y la Corporación Autónoma Regional del Quindío. 1.033 de ellos están en el perímetro urbano y representan 600 hectáreas, conocidos comúnmente con el nombre de cañadas. El resto, 385, que representan 2.000 hectáreas, está en la zona rural. En esos relictos se han identificado gran cantidad de animales, especialmente aves. Pájaros como azulejos, pechirrojos, reinitas, canarios silvestres, gallinazos, tórtolas, gavilanes y barranqueros, son los más comunes. Además, doce especies de aves migratorias anidan en estos fragmentos boscosos. En el mismo espacio viven ardillas, conejos, guatines, chuchas, zorros perrunos y otros mamíferos. En las cañadas cerca al barrio Proviteq de Armenia no es raro ver serpientes como la Cazadora, Falsa coral, Yarumeras e iguanas. En estos relictos se encuentran 220 especies de flora, que representan el 10% del total de las especies clasificadas en el departamento. Árboles como: guadua, arboloco, higuerilla, drago, camargo, siete cueros, cordoncillo, guayacán, tulipán, laurel, aguacatillo, quiebrabarrigo y otros. Esta biodiversidad de las cañadas ayuda a regular los ciclos hidrológicos, produce oxígeno, recoge gas carbónico, es refugio de animales silvestres, conserva los suelos y se convierte en una riqueza paisajística para los ciudadanos. He ahí nuestra identidad, nuestra marca. Hay que conservarla, mejorarla limpiando sus quebradas, protegerla de los políticos y constructores que arden en deseos de desaparecerla y, por supuesto, hay que patentarla. Somos una ciudad paisaje.
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