AGRO 2.0

La Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea después de 2020 debería movilizar tanto pagos directos como los pilares de desarrollo rural para despejar el camino a la introducción progresiva de las tan necesarias tecnologías digitales en el sector agrícola, según declararon al portal europeo EurActiv.com, socio de EuroEFE, numerosos expertos en agricultura de precisión de toda Europa. La creciente demanda de productos agrícolas, combinada con la necesidad de proteger el medio ambiente está presionando cada vez más a los responsables políticos de la UE a la hora de encontrar vías innovadoras de “producir más con menos”.

Además, la volatilidad de los precios de los alimentos y de los mercados agrícolas ha subrayado la necesidad de aumentar la competitividad de la UE en todo el mundo para que el sector pueda sobrevivir a largo plazo. Numerosas actores clave del sector aseguran que la PAC debería sacar provecho de la actual “revolución digital”, e introducir nuevas tecnologías en el sector. El concepto de “digital” o “precisión” está centrando el debate de la nueva PAC para el período 2021-2017.

Nuevas oportunidades de aumentar la productividad

La Comisión Europea considera que el desarrollo de la agricultura de precisión brindará a los agricultores de la UE nuevas oportunidades para aumentar su productividad. Los agricultores y ganaderos que adopten esas técnicas podrán sacar un mayor provecho de los pesticidas y fertilizantes, y además contribuirán a la protección de los terrenos y acuíferos, al tiempo que potenciarán la eficacia de la producción.

Con la utilización de sensores, los agricultores pueden identificar zonas específicas en los campos que necesiten un tratamiento especial, y de esa manera, se pueden focalizar en el uso de productos químicos específicamente en las zonas que más lo necesitan, con un impacto positivo para el medioambiente.
La Dirección General DG CONNECT y la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea trabajan intensamente en el terreno de la agricultura de precisión o “agricultura digital”.

 

De hecho, está previsto que se liberen recursos para fomentar la investigación de la UE en este terreno, en el marco de la Alianza para Internet sobre Innovación (AIOTI por sus siglas en inglés). En el marco de esta iniciativa se financiará un proyecto piloto a gran escala por valor de 30 millones de euros.
En paralelo, se publicarán licitaciones públicas para proyectos con una fuerte impronta en la innovación digital y la agricultura, en el marco del presupuesto del programa Horizonte 2020, bajo el epígrafe “Societal Challenge 2”.

No obstante, para que el sector agrícola europeo pueda adaptarse a la innovación digital, todavía quedan muchos retos por superar, entre ellos aprovechar mejor las oportunidades de financiación, o la implementación de mejores infraestructuras y el fomento de la capacitación y formación.

Buscar ideas innovadoras

El principal instrumento para adaptarse al nuevo reto digital bajo el pilar de Desarrollo Rural de la PAC es la Alianza Europea de Innovación para la Productividad y la Sostenibilidad (EIP-AGRI). Su objetivo básico es crear sinergias entre el programa Horizonte 2020 y el Desarrollo Rural, y cerrar la brecha entre investigación y práctica. 

En el marco de EIP-AGRI, los agricultores, investigadores, empresas y ONG se reúnen y establecen los así llamados “grupos operativos”, cuyo principal objetivo es buscar soluciones innovadoras para un problema común en determinado país o región de la UE. Un reciente grupo de trabajo de EIP-AGRI sobre tendencias principales en la agricultura de precisión detectó varios retos a los cuales se enfrenta la “agricultura digital”.

Formar a asesores en agricultura digital

Entre esos desafíos figura la necesidad de que todos los actores implicados en el proceso coordinen bien sus acciones, además de la formación de asesores especiales que podrán ayudar a concretar la “revolución digital” en las explotaciones agrícolas y ganaderas. “La formación a escala regional y el conocimiento de la situación son esenciales para que los asesores puedan ejercer mejor su tarea en pequeñas y medianas explotaciones, ya que muchos agricultores creen que la agricultura de precisión no es rentable en pequeñas explotaciones”, asegura el informe de EIP-AGRI, al tiempo que sugiere que se fomente el compartir la contratación entre todas las partes implicadas.

 

El informe hace un “mapeo” de la actual situación en la agricultura de precisión, y en ese sentido subraya que en las tierras cultivables, las prácticas de precisión ya han sido ampliamente adoptadas por muchos agricultores y ganaderos sobre todo en el norte y centro de Europa, con el objetivo de potenciar la rentabilidad. Respecto al sur de Europa, cuyo sector agrícola ya se encuentra bajo una enorme presión económica y al mismo tiempo se enfrenta a, entre otros problemas, la escasez de agua, el informe señala que las técnicas de irrigación de precisión son “esenciales para una buena gestión”. 

Llegar hasta el “nivel local”

En una reacción a los resultados del informe, Jean-Paul Beens, director de relaciones públicas y con la industria de la compañía de fertilizantes Yara, aseguró a EurActiv, que aunque se han identificado necesidades muy específicas y soluciones innovadoras, al informe le faltan recomendaciones prácticas para su implementación, sobre todo para alcanzar el “nivel local”.

“Teniendo en cuenta la diversidad de la agricultura europea (…) necesitamos un análisis profundo a nivel regional, posiblemente a escala de cada Estado miembro. Un llamamiento para que los Estados miembros apoyen los ‘programas NIP-AGRI’ (alianzas de innovación nacionales, por sus siglas en inglés) podría lograr materializar en breve una agricultura de precisión de la UE con una productividad mejorada y sostenible”, comentó Beens, y en ese sentido citó como mejor ejemplo a Suecia.
“Su enfoque y uso de las herramientas de la agricultura de precisión (…) se han mencionado en la lista de las mejores prácticas del informe final de la EIP-AGRI”, aseguró.

Una infraestructura de banda ancha

Para la Asociación Europea de Maquinaria Industrial Agrícola (CEMA, por sus siglas en inglés), es esencial contar con una infraestructura rural de banda ancha adecuada en toda la UE. Ello es condición básica para lograr una transformación digital incluyente y eficaz. “El acceso a la banda ancha está apenas dando sus primeros pasos en muchas zonas rurales y menos pobladas de la UE”, aseguró el secretario general del CEMA, Ulrich Adam.

Adam añadió que es necesario hacer nuevos esfuerzos para evitar que se produzca una “brecha digital” entre el campo y la ciudad, y para lograr el objetivo de la UE de garantizar que cada empresa y hogar de la UE cuente con acceso a banda ancha a una velocidad de al menos 30 MB/s para 2020.
No obstante, la empresa Yara, que utiliza la agricultura de precisión para aumentar la eficacia del efecto de sus fertilizantes, ha desarrollado distintos sistemas de acceso a internet.

“Varias de nuestras herramientas trabajan de manera autónoma de las redes de telecomunicaciones siempre que exista una conexión a internet en las cercanías de una explotación agrícola”, explica Beens.
“Desde nuestra posición de empresa que hace negocios a escala mundial, hemos visto la creatividad de muchos agricultores para adaptarse a las nuevas tecnologías. Por ejemplo, en países menos desarrollados los agricultores transmiten los datos que han recogido sobre el terreno con la aplicación de nuestro `smartphone’ mediante conexiones de internet cuando hacen compras a sus proveedores o en gasolineras, o cuando llenan el depósito de su tractor”, comenta Beens.

Capacidades digitales

Lograr que se produzca la transformación digital en el sector agrícola y rural necesitará “destrezas digitales”, según el CEMA. Confrontados con un rápido proceso de envejecimiento en el sector agrícola (apenas cerca del 8% de los agricultores de la UE tienen menos de 35 años), la introducción de nuevas tecnologías podría desembocar en una agricultura europea “a dos velocidades”.  Por este motivo, el CEMA asegura que desarrollarnuevas “destrezas digitales” en agricultura harán que el sector -y los trabajos relacionados con el sector- sean más atractivos para los jóvenes.

 

“Necesitamos poner en marcha políticas públicas que fomenten el acceso y la inversión de los agricultores en tecnologías digitales. En este punto la PAC posterior a 2020 podría desempeñar un papel importante”, explica Adam. Luc Vernet, asesor en Farm Europe, un “think tank”especializado en asuntos agrícolas de la UE, comparte la misma opinión. El experto aseguró que todas las tecnologías o prácticas innovadoras, primero se ensayan con un pequeño grupo de “pioneros”, como fue el caso en los primeros años 90 con la agricultura orgánica.

Apoyo adecuado a los agricultores

“Pero teniendo en cuenta el potencial de esas técnicas y las características específicas de la agricultura de la UE, que está compuesta sobre todo de pequeñas y medianas explotaciones, es importante que la PAC acompañe esa nueva tendencia. Los agricultores necesitan tener apoyos adecuados en este asunto para poder asumir el riesgo de un cambio”, explicó Vernet a EurActiv.
Para la empresa Yara, el fenómeno de la introducción de la ”agricultura digital” es similar a cuando comenzaron a popularizarse los primeros ordenadores personales. “Las funciones básicas se conocen, pero hay que explorar, controlar e incorporar el potencial oculto. Muchos agricultores han comprado equipos con tecnologías avanzadas pero no han podido sacarles el máximo provecho”, se lamenta Beens.

La empresa está considerando como futuras prioridades la aplicación de una norma común (o estándar) relacionada con plataformas tecnológicas, además de la necesidad de adoptar enfoques diversos y formaciones adaptadas a cada entorno. “Distintos proveedores ofrecen tecnología que no es compatible con otra. Esto nos coloca ante el siguiente reto, que es buscar una norma común”, señala.

La nueva PAC después de 2020

Los legisladores, responsables políticos y las partes interesadas ya han comenzado a debatir los retos que afrontará la PAC más allá de 2020. En un documento de reflexión, el CEMA instó a los legisladores de la UE a que aporten una mayor flexibilidad al pilar 1 (pagos directos) y al pilar 2 (desarrollo rural), para facilitar el acceso a y la introducción de nuevas tecnologías.

 “Se debería volver a aplicar un mecanismo similar a los artículos 68 y 69 de la anterior PAC (2007-2013), que permitiera a los Estados miembros dedicar el 10% de su dotación presupuestaria del pilar 1 para proyectos específicos cuyo objetivo sea aumentar la productividad de las explotaciones agrícolas”, se dice en el texto, al tiempo que se añade que este mecanismo podría aplicarse tanto al pilar 1 (por determinado porcentaje de la dotación presupuestaria total: desde un 5% al 10%) como al pilar 2, para cualquier dotación presupuestaria no gastada.

El CEMA también sugiere un cambio sustancial (de hasta un 15% del presupuesto total) de la próxima PAC (2021-2027) para fomentar la investigación y el desarrollo de la agricultura.
La industria europea de maquinaria agrícola va un paso más allá, al asegurar que se podría incluir un “bono de productividad” en el marco del esquema de “reverdecimiento”.

Un “bono de productividad”

“El concepto que sustenta ese `bono de productividad’ es muy simple y directo: los agricultores que puedan aumentar su productividad al tiempo que cumplen estrictamente las normas, deberían ser recompensados”, declaró Adam, al tiempo que señaló que ese tipo de “bono” debería calcularse en base a los criterios de la Productividad Total de los Factores en Agricultura (PTFA), la cual incluye: suelos, agua y gestión de los insumos. Farm Europe, por su parte, cree que, considerando el bajo nivel de rentabilidad de las explotaciones agrícolas europeas, se debería apoyar la agricultura de precisión tanto con el fomento de las inversiones como con fuertes incentivos políticos.

 

 “Podrían activarse ambos pilares de la PAC, para impulsar la inversión en nuevas técnicas. A través del ‘reverdecimiento’, la UE podría promover la digitalización de la agricultura reconociendo esas tecnologías como una vía adecuada para contribuir a los objetivos (de lucha contra el cambio) climático”, comentó Vernet, quien añadió que a través de los programas de desarrollo rural, se necesita un amplio plan a escala comunitaria europea focalizado en las nuevas tecnologías.

Vernet aseguró también que la PAC debería poner especial atención al período de transición, que siempre es sensible, y ayudar en ese sentido a los agricultores a asumir riesgos mediante políticas eficaces. Pero más allá de estos tres pasos,comentó el experto, la UE debería diseñar una agenda clara para los próximos años. “Con la agricultura digital tenemos una herramienta eficaz para cambiar el enfoque del ‘reverdecimiento’ de la PAC. Podemos pasar de un enfoque basado en medidas, que crean burocracia y cargas administrativas, a un enfoque basado en objetivos, estableciendo objetivos y dejando suficiente margen para que los agricultores decidan cómo alcanzar los objetivos comunes”, asegura.

Posiciones

Thomas Begon, miembro de la cooperativa francesa InVivo, declaró a EurActiv: “para poder desarrollar una agricultura poderosa y con capacidad de `resiliencia’ (resistencia a factores adversos), los agricultores europeos deben poder acceder a una red móvil de datos global 3G y 4G, para que puedan conectar todos los dispositivos y software específico”. “El sistema de cooperativa se utiliza para implementar nuevas prácticas agrícolas. Tenemos que desarrollar cursos de formación para los asesores de cooperativas, para que estos ayuden a los agricultores a adaptarse a estas nuevas tecnologías.

 

Hemos visto en el pasado cómo los asesores de cooperativas han ayudado a los agricultores a adoptar nuevos cultivos, como el aceite de semilla de colza en Francia, por ejemplo”, comentó.
Por su parte, IFOAM Europe, una asociación que representa a los agricultores especializados en productos orgánicos, ve con buenos ojos la agricultura de precisión.

“El impacto medioambiental de la agricultura convencional mejora, debido al uso de fuentes de energía ‘verde`, combinado con un uso menor de insumos, gracias a la agricultura de precisión y a los precios elevados de los insumos sintéticos.El resultado de ello es que hay menos emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura”, se asegura en un documento sobre la agricultura de la UE en 2030.

“Teniendo en cuenta el devenir de los acontecimientos en la agricultura de precisión, la robótica y los sensores, y la energía `verde’ barata, además de una tasa al `valor añadido verde´ aplicada en toda la UE, todos los productos agrícolas se han hecho más `limpios´, y se ha minimizado el impacto de la agricultura tradicional en el medio ambiente”, comentó Susanne Padel, del Centro de Investigación de Agricultura Orgánica de Reino Unido.

 

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