Cambio climático, agua y economía

Los efectos del cambio climático varían de región a región, pero de acuerdo a un nuevo estudio del Banco Mundial, la mayor parte del impacto global se derivan del cambio climático vendrán a través del ciclo del agua. "High and Dry: cambio climático, agua y economía"  examina cómo los escasos recursos hídricos y variables van a interactuar con el crecimiento de la población mundial, el aumento de los ingresos, y la expansión de las áreas urbanas y cómo las políticas y las inversiones inteligentes pueden reducir o eliminar las consecuencias negativas.

Según el informe, dentro de las próximas tres décadas, el sistema alimentario global requerirá un estimado  40 o 50 por ciento más de agua, la demanda de agua municipal e industrial aumentará en un 50 a 70 por ciento, y el sector energético mundial aumentará su demanda de agua 85 por ciento.

Casi un cuarto de la población mundial vive en países con escasez de agua. En virtud de las políticas y los modelos climáticos actuales, según el informe, esta escasez de agua será solamente seguirá aumentando, afectando a las zonas donde el suministro de agua no son actualmente un desafío y el empeoramiento de manera significativa en las zonas donde el agua es escasa. Al mismo tiempo, calentamiento de los océanos podrían resultar en un aumento de las mareas de tormenta y la inundación de zonas costeras. Todos estos efectos se sintieron más por los pobres, muchos de los cuales dependen de la agricultura de secano para su alimentación y medios de vida, viven en tierras marginales que son más propensas a las inundaciones, y que carecen de la infraestructura de saneamiento adecuada para evitar la contaminación del agua. Las poblaciones urbanas también sentirán el apretón; ya que los suministros de agua dulce disminuyen y la competencia de los sectores agrícolas y de energía crece, en 2050, la disponibilidad de agua en las ciudades podría reducirse en hasta dos tercios, según el informe.

Además de las consecuencias humanitarias, la escasez de agua tiene importantes repercusiones económicas. El agua es vital para la producción en todos los sectores económicos, y la menor disponibilidad de agua podría ralentizar el crecimiento y desarrollo general. El informe cita que algunas áreas, principalmente en el norte de África, Oriente Medio y el Sahel, podrían ver una disminución en el crecimiento económico de hasta el 6 por ciento del PIB en 2050 debido a las pérdidas relacionadas con el agua en la agricultura, la salud, los ingresos y propiedad. políticas de gestión del agua será clave para determinar si se producen estas pérdidas - prácticas business-as-usual (como la regulación inadecuada de los acuíferos subterráneos comunes, dando lugar a un uso excesivo) puede hacer que los efectos negativos del cambio climático aún peor, mientras que las políticas que permiten y mejor incentivar el uso eficiente del agua (tales como inversiones en infraestructura física para el almacenamiento de agua) utilizar puede neutralizar o incluso revertir esos efectos.

Por lo tanto, en los próximos años, las autoridades económicas mundiales se enfrentarán con el equilibrio entre las necesidades de agua para la producción de alimentos, la producción de energía, el medio ambiente, y la urbanización. El informe pone de relieve tres prioridades principales que pueden ayudar a los países se vuelven más agua inteligente y reducir los impactos de estas compensaciones. Al mismo tiempo, se señala que cada país y región se enfrenta a riesgos y condiciones únicas y por lo tanto tendrán que determinar qué combinación de políticas tiene más sentido para su situación específica.

La primera prioridad es la optimización del uso del agua a través de una mejor planificación e incentivos. Un ejemplo de cómo se puede hacer esto es mediante el uso de permisos de agua, que dan a los usuarios el derecho a "vender" o agua "renta". Sin embargo, tal sistema debe ser fiable, justo y transparente. Además, la determinación de la cantidad de agua puede ser retirado de forma sostenible en un área determinada es difícil, ya que la variabilidad del cambio climático aumentan las precipitaciones.

El informe también lista de precios del agua como otra manera de mejorar la distribución del agua y el uso eficiente del agua. los precios más altos de agua han demostrado ser eficaces en la reducción de la demanda de agua municipal; al mismo tiempo, los subsidios o tarifas por bloques pueden asegurar que las poblaciones pobres que no tienen un precio fuera del mercado del agua. Los incentivos también se pueden utilizar para evitar el desperdicio; el informe indica que 32 millones de metros cúbicos de agua potable se pierde en ciudades de todo el mundo cada año debido a fugas en las tuberías de agua municipales; la mitad de estas pérdidas se producen en países en desarrollo, donde los suministros de agua ya son a menudo poco fiables. Proporcionar incentivos para las empresas de servicios públicos para reparar estas fugas puede ser un paso importante en la prevención de este desperdicio significativo.

El informe señala, sin embargo, que el uso de políticas como permisos de agua y fijación de precios también se enfrentan a desafíos importantes, en gran parte debido a las preocupaciones de que las poblaciones pobres se quedaron fuera de los servicios. Por lo tanto, cualquier política de poner en su lugar debe ser transparente y equitativo.

La segunda prioridad se está expandiendo el suministro de agua y la disponibilidad siempre que sea posible. Este objetivo incluye el aumento de las inversiones en infraestructuras, como embalses que almacenan el agua hasta que sea necesario, así como en los programas de reciclaje de aguas residuales y programas de desalinización. Estas herramientas son de alto costo, sin embargo, no están exentos de riesgos; otras herramientas, como los humedales de preservación pueden ser una mejor opción en algunos países, ya que vienen con menores costes y riesgos. Además, las autoridades deben tener cuidado de que el aumento de los suministros no conducen a una mayor demanda. El informe concluye que la nueva infraestructura de almacenamiento en regiones áridas menudo fomenta el cultivo de cultivos intensivos en agua, lo que resulta en un aumento de la dependencia del agua. Aminorar este efecto se puede hacer mediante el uso de políticas complementarias para promover el uso eficiente del agua y mejorar la distribución del agua a los sectores productivos, como se indica en la primera prioridad.

La tercera prioridad es reducir el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos y la variabilidad y la incertidumbre en el suministro de agua. El informe hace referencia a esto como economías "a prueba de agua"; Esta estrategia incluye el aumento de las capacidades de almacenamiento y sistemas de reciclaje de agua, así como la participación en mejores programas de planificación urbana y gestión de riesgos. En las zonas rurales, los programas de seguros de cosechas juegan un papel importante en la protección de los agricultores de las perturbaciones meteorológicas; la inversión en infraestructura física como muros de contención, diques y represas pueden proteger las áreas costeras de tormentas e inundaciones. Estas políticas deben ser cuidadosamente orientados y diseñados para satisfacer las necesidades de cada área específica, sin embargo.

Los países también deben centrarse en desarrollar o mejorar los sistemas de alerta meteorológica y principios para ayudar a planear los cambios del clima y los fenómenos meteorológicos significativos.previsiones a corto plazo mejoradas pueden ayudar a las poblaciones a prepararse para las tormentas y evacuar si es necesario, mientras que la mejora de la predicción a largo plazo puede ayudar a los agricultores a tomar decisiones sobre cultivos y riego más informadas, contribuyendo así a garantizar la seguridad alimentaria en la cara del cambio de clima. La comunicación entre los investigadores y las comunidades debe ser mejorado, así por lo que estas previsiones mejoradas alcanzan las poblaciones que los necesitan.