Agricultura ecológica: ¿con agua depurada o sin ella?

El Instituto de Calidad Agroalimentaria de Canarias y la Unión Europea han concedido el certificado de producción ecológica a un agricultor que riega sus cultivos con agua depurada. El Cabildo destacaba en una nota de prensa de finales del mes de julio que esto ha sido posible gracias a las inversiones de Canal Gestión en la red que han provocado que mejore mucho la calidad del agua, tanto de la potable como de la depurada, que el Cabildo llama ahora “regenerada”.

Según destaca el consejero de agricultura del Cabildo, Antonio Morales, en septiembre se presentará un estudio sobre la calidad de las aguas realizado por la Universidad de La Laguna que evidencia la mejoría. Morales destaca que “ahora estamos en un debate para analizar cuáles son las zonas de producción para ver si pueden llevar agua y qué tipo de agua”. “Estamos en ese estudio para ponernos de acuerdo con el sector”, asegura. Según Morales, el agua regenerada ahora cumple “con todos los parámetros” y con todos los controles de Salud Pública. Durante el último pleno del Cabildo, el presidente Pedro San Ginés señaló que un informe de Canal Gestión revela que “los datos analíticos obtenidos en el primer trimestre de 2016 en la red de riego de las cuatro zonas agrícolas de la isla revelan que no se detectó incumplimiento, en cuanto a la calidad exigida de las aguas, en ninguno de los 16 parámetros analizados”.

La calidad del agua, tanto de la potable como de la depurada, es uno de los problemas históricos para el campo lanzaroteño. La primera deja mucha salinidad en el terreno a largo plazo y la segunda nunca ha superado los parámetros para poder utilizarla para regar productos para consumo humano a pesar de que nunca se ha dejado de hacer.

En los últimos años han surgido varias iniciativas que apuestan por la calidad de los productos de secano, siempre ecológicos, antes que por la producción masiva, como la asociación de papas de Los Valles o la asociación Pura batata, que agrupa a varios productores. Según señalaba esta asociación , en un reportaje publicado por Diario de Lanzarote, “por el agua depurada se ha perdido calidad en la de regadío y se ha desprestigiado fuera la batata de la Isla, aunque la de secano se ha revalorizado desde que han creado la asociación”.

El uso del agua depurada sigue siendo conflictivo. Klaus Guttenberger, agricultor ligado al ecologismo desde hace años, señala que la certificación de esa finca, que está en El Jable y es propiedad del Ayuntamiento de Teguise, como ecológica, “echa abajo el trabajo de muchos años de certificación ecológica” porque hay un consenso generalizado en que el futuro de la agricultura en la Isla pasa por los productos ecológicos. Guttenberger considera que se crea confusión en cuanto al producto. Por su parte, Morales señala que no hay confusión ya que se especifica que se riega con ese tipo de agua: “Va dentro de la marca de garantía y queda claro con qué agua se riega y qué tipo de cultivo es, eso va en la etiqueta y en la marca”.

Sin embargo, este agricultor destaca que, “por muy buena que sea el agua depurada no puede ser mejor que la potable” y que se ha demostrado que la potable no es buena para el terreno. Klaus considera que el Cabildo quiere volver a incentivar la red de riego de agua depurada, cuando parecía que el rumbo era otro y cuando no ha tenido buenos resultados, como prueba la batata de la Vega de Machín regada con este tipo de agua. El efecto directo para el consumidor, si se generaliza este tipo de agua, sería que podría comprar batatas y otras verduras regadas con esta agua a muy bajo precio en los supermercados de la Isla, pero por otro lado, el consumidor de productos ecológicos se quedaría, probablemente, sin el valor de su sello de confianza.

En octubre se celebrará en Haría el IV Foro de agroecología y biodiversidad en Canarias, que puede servir para ver cuál es el rumbo que quiere el Cabildo y el sector en cuanto a la utilización de agua depurada y el futuro del campo lanzaroteño.